Las parroquias de las ciudades tienen una población muy numerosa en su demarcación. A diferencia de los pueblos pequeños, no es fácil un contacto directo con los fieles y menos en una situación de confinamiento.
Pero San Vicente Ferrer de Castellón lo está consiguiendo. La comunidad parroquial está organizada en diversos grupos de whatsapp que llegan a 200 personas diferentes a través de catequistas, lectores, Cáritas, cofradía de Santa María Magdalena, matrimonios, jóvenes, pastoral de la salud y de misiones… El lunes pasado, 20 de abril, se celebró su fiesta.
A través del canal parroquial de Facebook, unas 160 personas siguieron la Misa de San Vicente, titular de la parroquia. El párroco, Juan Manuel Enrich, explica que este año el santo “nos invita a escuchar atentamente la Buena Noticia para que nos ayude en lo que estamos viviendo, y a prepararnos por la caridad a abrirnos a los más necesitados”. Regularmente se emiten homilías y a veces se encuentra una sorprendente respuesta, como un video que explicaba las disposiciones de la Santa Sede sobre la confesión, con más de 300 visualizaciones.
Actividad constante
Desde la parroquia se pone una especial atención a difundir informaciones diocesanas, como las emitidas por el Obispo o desde la Vicaría General. También se distribuye material para la catequesis recopilado por la Delegación Diocesana. Una rutina diaria es escuchar el contestador automático y responder los mensajes. La visita de enfermos, con las debidas medidas de seguridad, se han seguido realizando, así como el acompañamiento y atención de Cáritas.