El nuevo equipo municipal de gobierno ha de agilizar el adecentamiento del entorno de la plaza de la estación que es el escaparate de la ciudad para los viajeros.
Hace más de 23 años de la inauguración de la nueva estación de tren de Castellón con el soterramiento de las vías en el último gran proyecto conjunto de la ciudad, y fruto de una histórica y legendaria reivindicación de los castellonenses. Una inversión multimillonaria que desafió los tiempos y el futuro de la capital castellonense.
Sin embargo, pese a la magnificencia de la obra, el resultado urbanístico de la plaza y el entorno no fue lo más adecuado, con una cutre fuente (dicen que diseñada por la hija de un director general de Renfe), y unas inmediaciones sumidas en la más absoluta degradación. Un lugar que tendría que ser un escaparate de la ciudad para muchos de los viajeros que se encuentran por primera vez con la urbe turquesa y naranja.
Lo que presencian es una imagen lamentable y que habla muy poco a favor de la estética urbana que presenta Castellón. Si hacemos un recorrido por las plazas de la estación bellas y ordenadas de varias ciudades españolas nos encontramos con enclaves como Campo Grande, en Valladolid; María Zambrano, en Málaga; Atocha o Chamartín, en Madrid, por no hablar de la estación del Norte de Valencia a la salida de la cual los turistas descubren una capital del Turia deslumbrante.
Considero que es obligatorio por parte del nuevo Ayuntamiento PP-Vox agilizar el proyecto del anterior equipo municipal de gobierno para adecentar el enclave de la plaza de la estación. Si queremos que Castellón sea esa ciudad de excelencia hay que empezar por convertir el escaparate que significa el entorno de Renfe como axioma que complemente la gran infraestructura que supuso la que fue llamada ‘Solución Oeste’ y que unió el centro de Castellón con los barrios de ‘dalt de la vía’, y que después trajo consigo la instalación de El Corte Inglés, en lo que iba a ser una inconclusa nueva área ciudadana.
Y con ello, completar la urbanización del paseo Morella recayente al famoso centro comercial. Son los deberes pendientes de la nueva administración municipal, aunque es Toledo. No Castellón.
