El niño estaba inconsciente, sin respiración y tenía un pulso débil.
Los agentes de la Policía Nacional ayudaron en Sagunt (Valencia) a un niño de cuatro años que sufrió un atragantamiento en su hogar. A las 11.30 del miércoles pasado, una mujer muy alterada llamó al 091 para pedir ayuda médica ya que su hijo se había atragantado y no podía respirar. Los agentes llegaron al lugar y encontraron a la puerta de la casa abierta. En el interior, vieron a personas que estaban haciendo reanimación cardiopulmonar al niño.
El niño estaba inconsciente, sin respiración y tenía un pulso débil. Uno de los agentes comprobó las vías respiratorias del niño y comenzó a hacer la maniobra de Heimlich pediátrica. Después de la maniobra, el niño comenzó a reaccionar y a emitir un llanto natural. Sin embargo, más tarde sufrió un espasmo en el brazo y perdió el foco visual. El agente observó que la lengua del niño estaba retrotraída y lo colocó en posición lateral de seguridad para desobstruir las vías respiratorias. El niño quedó estable. Un servicio médico lo trasladó a un hospital para ser evaluado.