En la actualidad parece haberse alcanzado un consenso a la hora de hablar de sostenibilidad.
Es sostenible todo aquello que no daña el medio ambiente. ¿Son sostenibles los coches eléctricos que no generan emisiones o las bolsas que llevan un alto porcentaje de material reciclado?
Mirando un poco más allá, podemos hacernos la pregunta de si realmente es sostenible aquello que consideramos sostenible, de si de forma continuada vamos a poder mantener un ritmo de consumo “sostenible” como el actual perpetuando un modelo económico y social iniciado hace 500 años y que nos ha llevado a la extinción masiva de especies (lo que se denomina la sexta extinción masiva), a la degradación de la mayor parte de los ecosistemas, tanto terrestres como marinos, la contaminación de las aguas y los suelos así como a la alteración de los ciclos climáticos desencadenantes de los fenómenos climatológicos extremos que hoy ya estamos sufriendo, también en la provincia de Castellón con sequías y lluvias torrenciales localizadas.
La sostenibilidad bien entendida no se centra únicamente la reducción de emisiones, ni en economía circular, ni en reciclaje sino en el establecimiento y respeto de unos límites físicos y medibles que no se pueden traspasar.
Fue el Centro para la Resiliencia de Estocolmo, adscrito a la universidad de esta misma ciudad, y liderado por Johan Rockström, quien -en un intento de clarificar la situación- decidió reunir a un grupo de científicos expertos internacionales para definir los 9 procesos que regulan la estabilidad del planeta, así como los umbrales que nunca deberían sobrepasarse para mantenerla. Es lo que se denominan los 9 límites planetarios. Más allá de esos límites, los expertos consideran que se desencadenan una serie de fenómenos con resultados inquietantemente desconocidos en la historia.
Bajo su perspectiva, la sostenibilidad es condicionar la acción humana a los límites planetarios. Sólo dentro de estos límites se puede considerar zona segura para el desarrollo de la vida humana en el planeta y evitar daños irreversibles al sistema terrestre. Es importante que recordemos a los lectores estos límites:
• Cambio climático: basado en la variación de temperatura global del planeta. Esta variación de temperatura no debería sobrepasar los 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales para evitar cambios climáticos drásticos (subida del nivel del mar, incendios forestales extremos o cambios en las corrientes oceánicas).
• Acidificación de los océanos: basado en el nivel de acidez de los océanos como consecuencia de la absorción de CO2 de la atmósfera. Se busca mantener los niveles de acidez del océano en rangos que no sean perjudiciales para los ecosistemas marinos y los organismos que dependen de ellos.
• Ciclo del agua dulce: se establece un límite que permite mantener los recursos hídricos estables y evitar así las consecuencias de la escasez de agua dulce.
• Cambio en el uso de la tierra: se fija la cantidad de tierra que debería estar libre de la transformación humana asegurando así la conservación de los ecosistemas naturales y evitando la deforestación, la degradación del suelo y la pérdida de hábitats para otras especies.
• Contaminación química: se busca establecer un límite a la presencia de sustancias químicas tóxicas para el medio ambiente minimizando los efectos perjudiciales para los seres vivos, ¿sabemos qué le esta pasando al Mediterráneo en estos últimos años con la presencia de plásticos y microplásticos?
• Carga de aerosoles atmosféricos: se propone controlar las emisiones de partículas atmosféricas, como el carbono negro, para mantener la calidad del aire y reducir los impactos en la salud humana y los ecosistemas.
• Cambios en el ciclo del nitrógeno y el fósforo: se busca limitar la liberación excesiva de nitrógeno y fósforo en el medio ambiente, que genera efectos negativos en los ecosistemas acuáticos y terrestres. Esta liberación excesiva se debe principalmente al uso masivo de abonos y fertilizantes que son la base del modelo agrícola extensivo e industrial gracias al cual hoy nos alimentamos.
• Reducción del ozono estratosférico: o agotamiento del ozono estratosférico, con una reducción de la capa de ozono como consecuencia de la liberación a la atmósfera de ciertos químicos que se usan como refrigerantes o solventes. Afortunadamente, este límite se ha podido volver a mantener dentro de la zona segura fruto de un acuerdo mundial en la limitación del uso de ciertas sustancias.
• Perdida de biodiversidad: se considera el nivel de perdida de especies por encima del cual los ecosistemas de degradan aumentando su vulnerabilidad. ¿Estamos ante la sexta extinción masiva?Desgraciadamente, la ciencia ha demostrado que la respuesta es un sí rotundo.
Únicamente respetando estos límites, la vida -como la entendemos en el planeta- va a poder ser sostenible. El planeta es un sistema de elementos interrelacionados y en equilibrio; traspasar los límites planetarios es romper ese equilibrio y favorecer el desarrollo de unas condiciones incompatibles para la mayor parte de las especies que habitan la tierra, entre ellas, la nuestra.
Solamente limitando la acción humana para preservar estos límites va a evitar el desencadenamiento de una serie de catástrofes de magnitud impredecible y va a permitir mantener unas condiciones terrestres compatibles con la continuidad de las sociedades humanas.
La mala noticia es que ya hemos sobrepasado 5 de los 9 límites que tiene el planeta. La buena noticia es que depende de nosotros no sobrepasar el resto y poder así contribuir a que el planeta y su vida tal cual la entendemos, siga siendo como lo ha sido durante miles de años.
Para quien quiera profundizar, dejamos una recomendable conferencia al respecto de los limites planetarios : https://www.youtube.com/watch?v=dv_juTcPED8
Dionís Montesinos, bombero helitransportado de la Generalitat Valenciana y David Valiente Bordanova, ingeniero, doctor en dirección y administración de empresas.