Durante el Cretácico Inferior, las coníferas y los helechos eran la principal fuente de alimentación para los dinosaurios herbívoros que habitaban la península.
Desde que se empezó a estudiar a los dinosaurios en la península ibérica, los sedimentos que se encuentran en la Comarca de Els Ports, específicamente en el área de la localidad de Morella, han sido de gran relevancia debido a la abundancia de restos fósiles de estos reptiles que habitaron la región hace unos 125-120 millones de años, durante el Cretácico Inferior.
Sin embargo, en las últimas décadas ha habido una escasez de trabajos que hayan revelado información sobre la vegetación que formaba parte de los ecosistemas y, por ende, constituía una parte importante de la dieta de dinosaurios como el Iguanodon o el Morelladon. En este sentido, un equipo multidisciplinario e internacional de paleontólogos ha publicado un estudio en el que se revela qué tipo de vegetación estaba presente en los ecosistemas ibéricos donde vivían los dinosaurios durante el Barremiense superior. Estas investigaciones han sido recientemente publicadas en la prestigiosa revista Cretaceous Research.
En el trabajo, los autores ofrecen una descripción detallada de los restos palinológicos encontrados en uno de los últimos yacimientos descubiertos en la Concesión Minera Vega del Moll, el cual además reveló un nuevo ejemplar de dinosaurio relacionado con la especie Iguanodon bernissartensis, el cual aún está por estudiar. En total, se han documentado 27 géneros de esporas, polen, algas y dinoflagelados entre las muestras estudiadas.
De acuerdo con los datos obtenidos, se puede identificar que las comunidades vegetales que coexistían con las poblaciones de este dinosaurio estaban mayormente dominadas por coníferas que alcanzaban dimensiones considerablemente grandes, como el grupo de las extintas Cheirolepidiaceae. Además, estas comunidades estaban acompañadas por helechos arborescentes del grupo de las ciateáceas y otras coníferas de gran altura pertenecientes al grupo de las podocarpáceas, las cuales actualmente están restringidas al hemisferio sur. Todo este conjunto de vegetación estaría complementado por un denso sotobosque compuesto por helechos de pequeño tamaño y plantas hepáticas, entre los cuales se desplazarían las poblaciones de Iguanodon y otros dinosaurios con hábitos gregarios.
Asimismo, en este estudio de investigación también se ha analizado el entorno donde se depositaron los materiales que formaron el yacimiento y se ha discutido su relación con los entornos sedimentarios de otras localidades europeas donde también se han encontrado restos fósiles del dinosaurio Iguanodon bernissartensis. En concreto, la evidencia fósil tanto florística como sedimentológica sugiere que el ecosistema en esta región peninsular correspondía a un bosque costero cercano a una zona deltaica, donde las condiciones ambientales eran cálidas y húmedas.
En cuanto a los hábitos alimenticios de dinosaurios como el Iguanodon y el Morelladon, los resultados del estudio sugieren que tanto las frondas de estos helechos como las hojas de las coníferas podrían haber sido fuentes principales de alimento para las poblaciones europeas más meridionales de Iguanodon bernissartensis.
Finalmente, a través de este análisis comparativo se ha podido determinar que esta especie de dinosaurio herbívoro, ampliamente distribuida en la región más occidental de lo que hoy es Europa, mostraba una amplia adaptabilidad en la selección de ambientes, lo que le permitió tener un gran éxito ecológico dentro de las comunidades con dinosaurios del Cretácico Inferior europeo.
El estudio contó con la colaboración de investigadores y paleontólogos de la Universidade de Vigo, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad de Bonn y el Grupo de Biología Evolutiva de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).