La Unió alerta de una «campaña ruinosa con el aceite de oliva»

La Unió alerta de una «campaña ruinosa con el aceite de oliva»

Este significativo descenso en la cosecha prevista es resultado de varios episodios climáticos desfavorables.

 

La Unió Llauradora estima una producción ligeramente superior a las 52,000 toneladas de olivas para la próxima campaña.

Aunque esto representa un aumento en comparación con la pasada, que fue una de las peores en la memoria reciente, aún significa una disminución de más de la mitad en relación con la producción promedio de las últimas diez campañas.

La campaña del año 2023 está influenciada por la campaña anterior (2022), en la que solo se produjeron 8,270 toneladas de aceite, lo que supuso una disminución de más del 64% en comparación con el promedio de años anteriores. La campaña pasada se caracterizó por una producción prácticamente insignificante en la mayoría de las comarcas productoras valencianas, aunque hubo variaciones según las áreas.

Según señala LA UNIÓ, a raíz de estos antecedentes, se esperaba un aumento significativo en la producción para esta campaña. Sin embargo, las condiciones climáticas adversas han provocado que, aunque haya un aumento en comparación con el año anterior, la producción también será mucho menor que el promedio de las últimas campañas.

Las primeras estimaciones de LA UNIÓ, después de analizar varias zonas productoras, indican una producción cercana a las 52,759 toneladas de olivas, lo que representa un aumento del 19% en comparación con el año pasado, pero una disminución del 53% en relación con el promedio de las últimas diez campañas.

En cuanto a las provincias, al igual que el año anterior, la producción variará considerablemente.

En Castellón, se espera una producción ligeramente superior a las 20,000 toneladas, lo que representaría más de 2.5 veces la producción de la campaña anterior. Aun así, la reducción en comparación con el promedio de las últimas campañas será del 37%.

En la provincia de Alicante se espera una cosecha de alrededor de 23,000 toneladas, lo que significa una disminución del 17% en comparación con el año anterior y un 44% por debajo del promedio de las últimas campañas.

Relacionados  La Policía Local de Vila-real vigila los campos con drones y patrullas

En Valencia, con una producción estimada de alrededor de 9,200 toneladas, la reducción será del 17%, pero en relación con el promedio de las últimas campañas, la disminución será del 76%.

Este significativo descenso en la cosecha prevista es resultado de varios episodios climáticos desfavorables, entre los cuales destaca la sequía cada vez más persistente que ha afectado a todas las comarcas del interior. En la comarca de Utiel-Requena, ha habido episodios de pedrisco en los meses de mayo, junio y julio que han causado importantes pérdidas de producción. En comarcas como la Marina Alta o el Vinalopó en Alicante, las altas temperaturas de abril, combinadas con las lluvias de mayo, han ocasionado daños que superan el 50% de la producción.

El olivar valenciano se encuentra mayoritariamente en comarcas del interior, y solo un poco más del 10% está bajo riego, lo que hace que la mayoría de nuestra producción esté expuesta a las adversidades climáticas, especialmente a la sequía.

LA UNIÓ considera urgente modernizar las explotaciones y diseñar un seguro agrario que fomente su contratación. En este sentido, solicita ayudas para los productores, ya que el sector se ha visto fuertemente afectado por la sequía y el aumento de los costos de producción debido al conflicto en Ucrania, sin haber recibido ayudas hasta el momento. Algunas comunidades autónomas, como Cataluña, ya están trabajando en proporcionar ayudas a los productores de aceite a partir de septiembre.

LA UNIÓ ya ha presentado una solicitud por escrito al conseller de Agricultura, José Luis Aguirre, para establecer incentivos económicos destinados a los productores de olivar en la Comunitat Valenciana que han enfrentado los efectos de las condiciones climáticas y la complicación del sector debido al conflicto bélico en Ucrania, lo que ha resultado en una pérdida de competitividad en las explotaciones y en la renta de los agricultores.