LA UNIÓ considera necesario que las autoridades comunitarias adopten medidas más coercitivas para eliminar la peligrosidad de las importaciones de ambos países.
La Unió Llauradora ha realizado un viaje a Bruselas esta semana con el objetivo de impulsar los esfuerzos de la Comisión Europea para la implementación de cláusulas espejo en las importaciones de frutas y hortalizas de países terceros, en el marco de la Estrategia de la Granja a la Mesa.
Durante su estancia en la capital comunitaria, una delegación de LA UNIÓ liderada por el secretario general Carles Peris (fotografía de portada) y el secretario técnico Joanma Mesado, se ha reunido con diversos eurodiputados españoles de diferentes partidos, como Juan Ignacio Zoido del PP, Inmaculada Rodríguez-Piñero y Clara Aguilera del PSOE, Manu Pineda del Grupo de la Izquierda en el Parlamento Europeo – GUE/NGL, François Alfonsi y su equipo de Los Verdes-Alianza Libre Europea, donde se integra Compromís. Además, también se han reunido con la responsable de agricultura de la Fundació Comunitat Valenciana-Regió Europea, Loles Vidal, y con la directora general de Relaciones con la Unión Europea y el Estado de la Generalitat, Daría Terrádez.
LA UNIÓ ha presentado un informe que revela la detección de materias activas de pesticidas en frutas y hortalizas procedentes de Turquía y Egipto, cuyo uso no está autorizado en la Unión Europea o cuyos límites máximos de residuos son superiores a los permitidos. Entre 2020 y 2022, Turquía tuvo un total de 1.072 alertas y Egipto 117, sumando un total de 1.189 alertas entre ambos países. A pesar de las medidas adoptadas por la Comisión Europea en 2021 y 2022, ambos países todavía presentan un alto índice de alertas sanitarias.
Según el secretario general de LA UNIÓ, Carles Peris,
Por cada 1.700 toneladas de frutas y hortalizas importadas desde Egipto, se detecta una alerta sanitaria en la UE, y en Turquía, por cada 2.300 toneladas. Teniendo en cuenta que se importan entre 340.000 y 258.000 toneladas de estos países cada temporada, respectivamente, estas cifras son significativas y obligan a las autoridades a actuar.
Por tanto, LA UNIÓ considera necesario que las autoridades comunitarias adopten medidas más coercitivas para eliminar la peligrosidad de las importaciones de ambos países. Además de la implementación de las cláusulas espejo, la organización propone aumentar al 30% los controles de identidad y físicos de las mandarinas de Turquía y las naranjas de Egipto que ingresan a la UE y extender las medidas durante un año. Si durante este período se observa un aumento del 5% de las alertas en algún producto, se debería prohibir la importación de esos productos agrícolas.
Entre el elevado número de alertas sanitarias de ambos países, se encuentra una gran cantidad de materias activas prohibidas en el ámbito europeo desde 2020, como el Clorpirifos y el Metilclorpirifos, que eran esenciales para controlar la expansión de la plaga importada del Cotonet de Sudáfrica en cítricos. Su prohibición, sin alternativas igualmente efectivas en la actualidad, ha provocado un aumento de la plaga, un aumento de los costos y una disminución de los ingresos de los agricultores valencianos.
Desde la prohibición de estas materias activas en la Unión Europea, en Turquía y Egipto se han registrado 420 alertas sanitarias en Europa durante los últimos tres años debido a la presencia de una o ambas sustancias en frutas y hortalizas.
Carles Peris ha trasladado recientemente a los eurodiputados españoles en Bruselas que «se detectan de manera repetida ambas materias activas en las importaciones, lo que genera una falta de comprensión e injusticia entre los agricultores valencianos debido a la falta de adopción de medidas más contundentes para evitar esta competencia desleal entre productores europeos y extranjeros». Ha concluido.