Peris: "No es admisible perder más tierras agrícolas útiles cuando existen zonas degradadas donde podrían instalarse estas plantas fotovoltaicas".
La Unió Llauradora i Ramadera ha expresado su rechazo contundente al proyecto de una gran planta fotovoltaica en la Plana Baixa, en la provincia de Castellón, impulsada por Arada Solar, filial de la multinacional noruega de energías renovables Statkraft, debido a las graves implicaciones que conlleva en la pérdida de tierras agrícolas productivas.
La propuesta busca ocupar más de 352 hectáreas de terreno para instalar cerca de 339,000 paneles fotovoltaicos, y se ubicaría en los municipios de Vall d’Uixó, Xilxes y Moncofa, de acuerdo con el comunicado emitido por la asociación agraria.
Asimismo, se prevé la construcción de una nueva subestación eléctrica para evacuar la energía generada, a través de una línea de media tensión de casi 18 kilómetros de longitud, que atravesaría áreas de Vall d’Uixó, Nules, Borriana, les Alqueries, Vila-real y Betxí.
Aunque el Gobierno emitió recientemente una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable, este reconocía los efectos del proyecto e imponía 54 condiciones para su desarrollo, según detalla La Unió. Varios departamentos del anterior Consell también emitieron informes desfavorables alegando que «afecta a suelos de muy elevada capacidad agrológica», y varios municipios afectados suspendieron la emisión de licencias al respecto.
Debido a estas implicaciones,
La Unió manifiesta su oposición enérgica ante la grave pérdida de tierras agrícolas y el daño infligido a los agricultores, quienes en colaboración con las autoridades habían realizado inversiones sustanciales para modernizar sus sistemas de riego y ahora ven amenazado ese esfuerzo.
AUTOCONSUMO ENERGÉTICO
La Unió insiste en la importancia de dar prioridad al autoconsumo energético en lugar de enfocarse en grandes plantas fotovoltaicas, las cuales «deterioran el territorio rural y ponen en riesgo una significativa extensión de terrenos agrícolas en plena producción, además de socavar el estilo de vida de las personas cuyo proyecto vital está arraigado en estas áreas».
La Unió aboga por,
Fomentar el autoconsumo en los techos de zonas urbanas, en polígonos industriales, en áreas degradadas y en infraestructuras o edificios de propiedad pública en las zonas con alta demanda de energía, con el objetivo de evitar la degradación del territorio rural.
La concentración de instalaciones fotovoltaicas en grandes plantas en suelos agrícolas o forestales constituye una «agresión evidente» contra el mundo rural, según la organización agraria.
Nos están imponiendo proyectos fotovoltaicos masivos sin sentido, cuando en realidad deberíamos acercar la producción de energía a las áreas urbanas e industriales de mayor consumo, con el fin de evitar las pérdidas y el impacto del transporte de energía a largas distancias a través de rutas de evacuación que también afectan durante kilómetros a zonas rurales activas.
Ha declarado el secretario general de La Unió, Carles Peris.
La organización tiene planeado reunirse en las próximas semanas con agricultores, municipios, partidos políticos y asociaciones afectadas para establecer una postura común de rechazo. Además, no descarta la posibilidad de convocar acciones de protesta.
Peris ha destacado la necesidad de lograr «unidad social máxima frente a estos proyectos especulativos y depredadores que perjudican a los residentes y al sustento de muchas familias».
En el contexto actual de producción alimentaria que no garantiza la suficiencia y con un índice de precios de alimentos descontrolado, el secretario general de La Unió sostiene,
No es admisible perder más tierras agrícolas útiles cuando existen zonas degradadas donde podrían instalarse estas plantas fotovoltaicas.
Concluye.