El campanario de la iglesia Arciprestal repicará al paso de la Marcha Cívica por la plaza de la Vila en recuerdo de los toques tradicionales de la época
Vila-real celebrará mañana, 11 de enero, la tradicional Marcha Cívica en memoria de los trágicos sucesos ocurridos el 12 de enero de 1706, cuando las tropas borbónicas, durante la Guerra de Sucesión, asaltaron e incendiaron la ciudad como represalia por el apoyo de los vila-realenses a la causa austracista. En esta edición, el acto será especialmente fiel a los hechos históricos, con la incorporación del toque a fuego de las campanas de la iglesia Arciprestal durante el paso de la comitiva por la plaza de la Vila.
Este toque a fuego, que alertaba a la población del peligro, será llevado a cabo gracias a la colaboración de la iglesia Arciprestal y la propuesta de la Asociación Cultural Socarrats, organizadora del evento junto con la Concejalía de Normalización Lingüística. El concejal Santi Cortells ha destacado la importancia de esta iniciativa, señalando que busca reproducir de manera más precisa los eventos de aquel día fatídico, al mismo tiempo que recordar el papel histórico del campanario de la ciudad como protagonista de numerosos momentos clave en la historia local.
El encargado de realizar el toque a fuego será Carlos Peset, nieto de campanero, quien también participa en el toque de campanas durante la antevigilia de San Jaime. Peset será el encargado de revivir este antiguo ritual como símbolo de la resistencia y la memoria colectiva.
Los actos comenzarán a las 19:00 horas, con la salida de la comitiva desde la sede de la Asociación Cultural Socarrats, ubicada en la calle Sarthou, 38. El recorrido incluirá la avenida del Cedre, la calle Pere III, Mayor San Jaime, la plaza de la Vila, Mayor Santo Domingo y Lluís Vives, hasta llegar a la torre Motxa. Durante el trayecto, la comitiva estará encabezada por el portador del peón, Honori Planell Rubio, y será presentada por Glòria Castellote Esteve.
Uno de los momentos más esperados será a su llegada a la plaza Mayor, donde los grupos de recreación histórica AC Miquelets del Regne de València y la Asociación de Recreación Histórica Redcoats de Alicante dispararán salvas. En ese instante, el campanario de la iglesia Arciprestal tocará a fuego, evocando el sonido que alertaba a los habitantes de la ciudad ante el ataque de las tropas enemigas.
El regidor Santi Cortells también ha recordado la magnitud de la tragedia vivida por la ciudad durante la Guerra de Sucesión, en la que murieron 253 vecinos de Vila-real, entre ellos seis sacerdotes, mujeres, y una variedad de trabajadores como escribanos, farmacéuticos y herreros. Entre oficiales y soldados de ambos bandos, la cifra total de muertos ascendió a cerca de 500 personas. Este acto conmemorativo busca rendir homenaje a todas las víctimas de este conflicto histórico que marcó profundamente la identidad de la ciudad.
Con esta Marcha Cívica, Vila-real mantiene viva la memoria histórica de aquellos trágicos eventos, reforzando el vínculo entre el pasado y el presente de la ciudad.