Las indolentes Carrasco y Barrachina

Las indolentes Carrasco y Barrachina

Sorprende que la alcaldesa y la presidenta de la Diputación obvien el caos sanitario actual y no exijan medidas urgentes a Carlos Mazón.

 

Cuesta comprender la inacción de la alcaldesa de Castelló, Begoña Carrasco, y la presidenta de la Diputación, Marta Barrachina, ante la muy deficiente atención sanitaria que padecen las personas que residen en la capital y en el conjunto del territorio provincial. Quienes en los tiempos botánicos recurrían a diario a la exageración para rasgarse en público las vestiduras, ahora callan para no molestar al virrey de Génova 13, Carlos Mazón.

Y lo hacen exhibiendo unas sorprendentes y sonrojantes tragaderas políticas que producen vergüenza ajena y ponen de manifiesto que ninguna de las dos mandatarias está dispuesta a exigir que el Consell tome cartas en el asunto para revertir cuanto antes el caos existente.

Ambas prefieren mirar para otro lado cuando la ciudadanía denuncia que los usuarios del servicio de urgencias del Hospital General tienen que esperar entre siete y doce horas para ser atendidos, una intolerable dilación que no sería tan acusada si en los centros de salud se adjudicasen las citas médicas en un tiempo prudencial y no hasta tres semanas después de la solicitud.

La falta de matronas, pediatras y personal sanitario en general perjudica gravemente a la población de la provincia de Castellón y a los turistas que visitan las localidades costeras.

También ayudaría que se dotara con los recursos humanos y materiales necesarios a varios centros de salud para instaurar en ellos el servicio 24 horas.

Urge que las dos principales dirigentes en la provincia de Castellón eliminen la indolencia de su manual de comportamiento y actúen en este momento tan delicado de escasez de matronas, pediatras y personal sanitario en general, que tan negativamente afecta a las personas empadronadas en el territorio y a los turistas que nos visitan. Lamentablemente, los desplazados tienen serias dificultades para ser atendidos en núcleos costeros como Oropesa o Alcossebre.

Ser alcaldesa o presidenta  de la Diputación consiste en plantarse, liderar y defender por encima de todo los intereses de la ciudadanía de la provincia. Y en exigir soluciones.

Gobernar no consiste solo en disponer de despachos debidamente climatizados o hacerse fotos en el palco del Nou Castalia. Estar al frente de los gobiernos locales obliga a trasladar las necesidades de la ciudadanía a las instituciones de rango superior, con la exigencia de que sean atendidas.

Ser alcaldesa o presidenta es plantarse, liderar y defender por encima de todo a la ciudadanía de la provincia de Castellón. Justo lo que ellas no hacen. Y así nos va, poco se avanza por la senda de la sumisión.

Rafa García. Periodista

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