La mentira, la media verdad y el silencio, junto a la ineptitud y la inacción de un Gobierno sin alma, nos han llevado hasta aquí. “Los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta” (Alfredo Pérez Rubalcaba, dos días después de los atentados del 11M en Madrid aún sin resolver) Pudiera ser que, en...
La mentira, la media verdad y el silencio, junto a la ineptitud y la inacción de un Gobierno sin alma, nos han llevado hasta aquí.
“Los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta” (Alfredo Pérez Rubalcaba, dos días después de los atentados del 11M en Madrid aún sin resolver)
Pudiera ser que, en el fondo, lo que más está afectando a la ciudadanía es saber que le han engañado como a un chino en todo el montaje mediático que una banda de ineptos, que responde al nombre de Gobierno de España, ha montado alrededor del coronavirus.
Nos mintieron desde el primer día imitando a Zapatero y Solbes con aquello de que “aquí no pasa nada y está todo bajo control”. La historia se repite, sí estaban pasando cosas, pero había que ocultarlas para poder desarrollar pactos y formar un ejecutivo con traidores, filoterroristas, separatistas, secesionistas y delincuentes confesos que además han mostrado su ineptitud para abordar los problemas de Estado.
Cerrar fronteras, controlar aeropuertos y prohibir los desplazamientos pidió hace un mes Santiago Abascal, al que llamaron facha, sectario, alarmista y loco por pedir lo que el Gobierno, tarde, mal y nunca, empieza a hacer ahora, cuando ya no hay remedio.
No hay remedio porque a estas alturas, casi con seguridad, el 70% de los españoles ya hemos pasado la enfermedad, la hemos incubado o la hemos transmitido sin padecerla.
Han dejado de hacer pruebas por su costo pero, sobre todo, para mantener limpias las estadísticas y poder “vender” lo bien que han gestionado la crisis. ¿Por qué? Porque los españoles les importamos un comino, su único objetivo es mantener el porcentaje necesario de popularidad que les permita que el coronavirus no dañe demasiado sus próximos resultados electorales.
Aquí, en la provincia de Castellón, hasta ha habido cargos electos del PSOE que han utilizado la enfermedad como arma arrojadiza acusando a rivales políticos de mala praxis cuando solo ejercían su profesión y, además, obligados por sus superiores y por decreto. Para ello han contado con plumas desalmadas y poco profesionales dispuestas a contar la mentira con tal de mantener su “caché” y con tal de que el medio al que sirven, trabajar es otra cosa, siga percibiendo las subvenciones públicas y todas las campañas publicitarias de las instituciones que son la “voz de su amo”.
Claro que había que aislar a la población, claro que había que evitar las reuniones, claro que había que extremar la higiene…pero mucho antes de cuando se tomó la decisión y mucho antes de permitir aberraciones como las “marchas” del 8M.
También ha quedado demostrado que hay asuntos que deben estar únicamente en manos del Estado, centralizar, entre otras competencias, la salud espero que sea una de las lecciones que hayamos aprendido a no ser que las constantes vitales de un vasco o un catalán sean diferentes a las de un andaluz.
El encierro al que nos someten, cuando ya el asunto no tiene remedio y se les ha ido de las manos, seguramente servirá para algo pero ya les adelanto que para muy poco por el hecho, ya comentado, de que a estas alturas el coronavirus ha pasado ya por el cuerpo del 70% de los españoles.
Además, las consecuencias del ya casi inútil encierro, va a crear daños colaterales irreparables como el abandono de ancianos, indigentes, personas que viven solas, así como el incremento de los malos tratos y la violencia intrafamiliar. Ya se ha anunciado hoy, en un prestigioso medio de comunicación nacional, el incremento de los suicidios, es solo el comienzo de las consecuencias que va a tener encerrar a las personas en sus casas sin que el beneficio de ello sea tangible.
La segunda faceta de esta crisis es muy grave. Ya se han presentado EREs para millares de trabajadores, pequeños comercios se ven obligados a despedir a sus empleados y a cerrar antes de que les llegue la quiebra. En Francia ya se pretende paralizar el pago de hipotecas, alquileres, seguros sociales, luz, agua y gas. En Gobierno francés cuenta con dinero para hacerlo, el nuestro está invertido en “chiringuitos proelectorales”, perspectiva de género y derrochadoras autonomías. Ahora cuando hace falta dinero no lo tenemos y se abandona al español, a sus negocios y a sus empresas a su suerte.
“Si pones comunistas a cargo del desierto del Sahara, en cinco años habrá escasez de arena”. (Frase atribuida a Winston Churchill)