LA UNIÓ reporta una disminución de más del 40% en las solicitudes de devolución del Impuesto Especial de Hidrocarburos desde 2007.
La Unión de Agricultores y Ganaderos, al analizar los registros históricos de la ayuda para la devolución del Impuesto Especial de Hidrocarburos a los que ha tenido acceso, pone en relieve cómo las solicitudes han disminuido en la Comunidad Valenciana hasta caer más de un 40% en 2022 en comparación con el año de su implementación en 2007.
De un total de 7,048 solicitudes de devolución del Impuesto Especial de Hidrocarburos del gasóleo agrario en 2007, ha descendido a solamente 4,183 en 2022.
LA UNIÓ destaca que uno de los factores que disuade a los agricultores y ganaderos valencianos de solicitarla es su complejidad, la necesidad de hacerlo una vez realizado el gasto y la recopilación de múltiple información que se debe entregar a la Agencia Tributaria.
Estamos viendo que el diseño de la ayuda no está orientado a incentivar las solicitudes sino claramente lo contrario, además, lidiar con la Agencia Tributaria hace todo más delicado y nadie quiere una inspección, por muy bien que se hagan las cosas.
Añaden.
Por otro lado, el importe devuelto también ha seguido en general una tendencia a la baja, similar al número de solicitudes, lo que ha llevado a una reducción del 23.5% en comparación con 2007 en la Comunidad Valenciana.
LA UNIÓ insiste en que el aumento en el precio del combustible en los últimos años, con un precio promedio a nivel nacional por encima del euro por litro, mucho mayor que el precio que se había mantenido en los últimos 8 años, justifica modificar este sistema de ayudas y adaptarlo a las nuevas realidades para que realmente sea una ayuda y no una «molestia burocrática».
Además, recuerda que la normativa europea actual permite un porcentaje de devolución del IEH mayor al que se está aplicando, lo que podría inyectar casi 14 millones de euros adicionales como apoyo al sector.
La organización exige, por lo tanto, aumentar el importe de la devolución a 75.71 €/1000 litros, el máximo permitido por la UE en la actualidad, lo que ayudaría a mitigar los altos costos de producción a los que se enfrenta el sector desde hace más de dos años.
También propone la creación de un gasóleo de uso profesional debido al aumento en el costo de los carburantes y combustibles, evitando la necesidad de devoluciones anuales de impuestos especiales. Este gasóleo profesional debería estar exento de impuestos especiales y se le aplicaría un IVA reducido al adquirirlo de distribuidores o gasolineras, permitiendo su uso en cualquier actividad relacionada con la producción agrícola, ganadera y forestal.
En este contexto, LA UNIÓ aboga por que todas las actividades agrícolas, ganaderas y forestales puedan utilizar gasóleo B como combustible en los motores de maquinaria para trabajos en explotaciones propias o ajenas, así como en el transporte de productos resultantes o necesarios para estas actividades, ya sea mediante maquinaria de la propia explotación o por agrupaciones de agricultores que utilicen vías públicas autorizadas para vehículos especiales.