Estas pequeñas aves marinas no criaban en la playa de 'les Goles' desde el año 1990.
El Consorcio gestor del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares formado por los Municipios de Vila-real, Almassora, Burriana, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana advirtió la presencia de múltiples parejas de charrancitos comunes (Sternula albifrons) en la playa de les Goles con sus nidos y huevos camuflados entre las piedras y últimamente múltiples polluelos. Se trata de una noticia muy importante, ya que esta especie de charrán no criaba en la desembocadura del río Mijares desde hacía 32 años conforme el registro del Banco de Datos de Biodiversidad de la Generalitat Valenciana.
Además de esto, va a ser la primera vez que lo hace desde el momento en que existe el Consorcio río Mijares que vela por la conservación del paraje fluvial protegido. Su presencia se ha podido advertir merced al desarrollo del proyecto «Renaturalización de Playas para el Corriol Camanegre (Chorlitejo Paatinegro)» promovido desde dos mil veinte por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) y donde asimismo participan desde dos mil veintiuno el Consorcio río Mijares y el Municipio de Almassora. Con el desarrollo del proyecto se están cumpliendo actuaciones de restauración, claves para la mejora de las poblaciones de aves nidificantes en las playas.
Una especie protegida y amenazada
El charrancito común (les mongetes) es el más pequeño de los charranes. En el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazadas aparece como vulnerable, al paso que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera a la especie como prácticamente amenazada. En la Comunitat Valenciana se trata de un ave nidificante puntualmente a lo largo del litoral. Primordialmente, hace los nidos en el suelo rodeado de flora no demasiado espesa, en playas de deltas y saladares de las principales zonas húmedas de la geografía valenciana.
Conforme SEO/BirdLife, la población de este charrán en España es una de las más esenciales en el campo Europeo. Su población nidificante en la Comunitat Valenciana ha sido de unas cuatrocientas parejas de media desde los años ochenta, mas ha pasado de máximos superiores a las quinientas parejas en mil novecientos noventa y cinco, a mínimos bajo las trescientas parejas en los últimos tiempos, comprobando que es una tendencia negativa como en el resto de especies de charranes.
La principal localidad de cría se halla en las salinas de Santa Pola, donde sostiene efectivos superiores a las doscientas parejas, con una ligera tendencia recesiva. La segunda localidad en relevancia se halla en la Albufera de Valencia, donde la especie ha llegado a contar con doscientas parejas, favorecidas por la regeneración de la reserva del Racó de l’Olla en mil novecientos noventa y tres. No obstante, sus efectivos han mostrado una tendencia decreciente acusada, situándose últimamente bajo las cien parejas, muchas de las que instalaron sus nidos dentro del puerto de València, en superficies no empleadas del espigón Príncipe Felipe. La localización más próxima donde ha criado la especie con respecto a la playa de les Goles, si bien de forma escasa, es en El Prat de Cabanes-Torreblanca en mil novecientos noventa y cuatro.
Molestias que terminan con la reproducción
Si bien se trata de una especie poco exigente, no acepta molestias en sus colonias de cría, como puede ser las causadas por usuarios de las playas poco respetuosas con las zonas acotadas. Además de esto, se une la perturbación del paisaje litoral y la destrucción de los sistemas dunares, ocasionando una falta de opciones alternativas de nidificación que limitan el aumento/mantenimiento de su población.
Estos hechos han derivado en el abandono de muchas zonas de playa donde de forma tradicional nidificaba. Esto se agudiza por el hecho de verse apartado por otras especies de charranes y gaviotas que nidifican en los lugares con las mejores condiciones de conservación. Los charrancitos comunes que han sacado adelante sus puestas en la playa de les Goles del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares precisan algo supuestamente tan fácil como es calma, eludir las molestias de los bañistas en las zonas acotadas, respetar las distancias con las empalizadas y sobre todo supervisar la presencia de perros en la playa que puedan truncar el futuro de una nidificación esencial para la biodiversidad del paraje fluvial protegido.
Por eso el Consorcio río Mijares, a través de el Servicio de Guardería Rural y los técnicos del Consorcio, ha efectuado una vigilancia pormenorizada desde principios del mes de junio. El seguimiento se ha efectuado diariamente a la primera hora de la mañana y última de la tarde cuando es más frecuente la presencia de personas con perros por la playa de les Goles. El Equipo de Seguimiento de Fauna de la Consejería de Transición Ecológica determinó al comienzo de la detección de los charrancitos comunes la actitud que mostraron dos parejas en lo que se refiere al comienzo de dos puestas, una de dos huevos y la otra de 3.