Había que darles calmantes y mandarles a casa por inconscientes.
Ciertamente que comentarios parecidos se reprodujeron insistentemente en los medios de comunicación durante la “pandemia”, y la inducción a vacunarse de Covid fue incesante.
Diariamente nos contaban lo peligroso que era el maldito virus y las maravillas del producto que había surgido de repente para salvar a la
población, amén de la irresponsabilidad de los que decidíamos no pincharnos pues, por nuestra culpa, el producto milagroso no les funcionaba al resto.
En diferentes medios de comunicación se animaba a que, si los irresponsables que no nos pinchábamos caíamos enfermos por el virus mortal, que no se nos atendiera y que, de hacerlo, cargáramos con los gastos sanitarios derivados de nuestra irresponsabilidad.
Todos recordareis a cierto político que manifestó : “hay que vacunarles, por las buenas o por las malas, por lo civil o por la militar”, y a ciertos periodistas que indicaban que “se nos debía dejar solos en el monte”, “que se nos debían dar dos hostias, que se nos pusiera una marca”….
Para ser solidario y buen ciudadano había que poner el brazo, primero 1 vez, después fueron 2, más tarde 3 y finalmente 4 porque el pinchazo que se había desarrollado en tiempo récord no terminaba de proteger a quien se lo ponía y así os convencían, una y otra vez para la siguiente dosis.
Todos, médicos, periodistas y políticos se ensañaron con los que dieron en llamar “NEGACIONISTAS”; personas que nos negábamos a obedecer a unos expertos inexistentes; personas que no teníamos claro el hecho de someternos a un experimento cual ratas de laboratorio y mucho menos a dejar que experimentaran con nuestros hijos.
Y sucedió que los que nos negamos a colaborar en el experimento no nos enfermábamos como predecían médicos, periodistas y gobernantes, e incluso llegaron a aparecer noticias que nos hacían responsables de no haber insistido más para convencer a los que se pincharon para que no lo hicieran.
Se llegó a decir “que en nuestras manos estaba la sangre de las personas que habían fallecido por los pinchazos ya que, no nos habíamos pinchado porque sabíamos algo que ellos no sabían, que los medios de comunicación no contaban, y no habíamos insistido suficientemente para que no se pincharan”.
Qué irónica es la vida a veces, primero te echan de las reuniones, te insultan y desprecian por no someterte a un experimento, y posteriormente, al ver los efectos negativos y mortales del mismo, te acusan de no haber insistido más para que no participaran en él, pues de haberlo hecho, dicen, que muchas personas aún estarían vivas.
Ahora, cuando los sanitarios ven que se les llenan las urgencias y las UCIs con personas pinchadas con la vacuna y cuando la sobremortalidad es una evidencia, nosotros, los NEGACIONISTAS, no vamos a pedir que os costeéis los gastos de la Seguridad Social, ni que os den dos hostias, ni que os dejen en el monte tirados a los que, por ser ciudadanos ejemplares, os dejasteis convencer de que os pincharan ese producto experimental que tanto daño ha hecho y tantas vidas se ha llevado por delante.
Porque nosotros, los NEGACIONISTAS, seguimos siendo, tus hermanos, tus padres, tus hijos, tus amigos; en definitiva, LOS QUE SIEMPRE TE HAN QUERIDO.
Mateo
Presidente Asociación Policías por la Libertad
presidente@policiasporlalibertad.com