Desde hace semanas los vecinos de la plaza Juan XXIII sufren alerta sanitaria con problemas dermatológicos y el Ayuntamiento hace mutis por el foro en este conflicto vecinal y de salud pública.
Desde hace varias semanas los vecinos de la plaza Juan XXIII sufren alerta sanitaria. La caída de frutos y filamentos de los árboles situados en el enclave (la lagunaria patersonia, (árbol de la pirámide o árbol del ‘pica-pica’) está provocando reacciones cutáneas, alergias, sarpullidos y sensación de hinchazón y quemazón, especialmente entre los que se sientan en las terrazas de los bares de la glorieta.
Hasta tres periódicos digitales de la ciudad, entre ellos Castellón Diario, se han hecho eco estos días del malestar de los residentes de este núcleo urbano y, sin embargo, a día de hoy, no solamente representantes del equipo municipal de gobierno no se han presentado en este lugar para preguntar qué es lo que pasa y querer dar soluciones, sino que da la sensación de no querer saber nada. Y no actúan de oficio porque nunca son responsables y muy trabajadores tampoco no son.
Yo imagino que los concejales del consistorio saben leer y se habrán enterado de las protestas vecinales en este lugar de la ciudad, aunque la falta de gestión del Partido Popular en más de cuatro meses al frente del consistorio es evidente, más pendiente de la campaña de pan y circo a la que nos están acostumbrando, las ‘nancys rubias de peluquería en peluquería’, salir en fotos y la coadyuda de connivencia de tantos técnicos y funcionarios municipales que soportaron en silencio y dolor el gobierno ‘rojo’ de ocho años, tras 24 años de adoctrinamiento ‘popular’, y que ahora están tan contentos de que haya regresado el PP, lo que refleja un supremacismo ideológico que protege a los poderosos, y no es “el gobierno de todos”, como dice la alcaldesa Begoña.
Y es que los personajes que nos dirigen son de órdago, de 13 Rue del Pércebe, con un beato, hipócrita y melífluo Vicent Francesc Sales, de pasado nacionalista y Països Catalans e independentista, y no es por casualidad que se llame Vicent Francesc y no Vicente Francisco, que sería más del PP; el joven dobla camisetas Maquiavelo o Clara Adsuara a la que le encanta ir de procesiones. Pero, mientras, los vecinos de la plaza Juan XXIII seguirán sufriendo alergias, erupciones cutáneas y sarpullidos, cosa que a los dirigentes municipales les da igual. Lamentable. Es Toledo. No Castellón.
Vicente Cornelles
Periodista y escritor
