Después de la manifestación de ayer, acamparon en la explanada de la plaza del Ayuntamiento de València, donde instalaron aproximadamente veinte tiendas de campaña.
Un grupo de personas que participaron en la manifestación celebrada ayer por la tarde en València, en protesta por la crisis de la vivienda, ha decidido acampar frente al Ayuntamiento de la ciudad para continuar su reclamo, que incluye el derecho de los ciudadanos a acceder a una vivienda digna.
Los manifestantes han pasado la noche en la explanada de la plaza del Ayuntamiento, donde han instalado cerca de veinte tiendas de campaña dispuestas en círculo, en el centro de las cuales se reúnen para charlar y organizarse.
Junto a las tiendas, han colocado los carteles que llevaron a la manifestación, algunos de los cuales incluyen el lema de la protesta de ayer: «València sófega«.
Algunas de las personas que se encuentran acampadas han explicado que tomaron la decisión de ocupar la plaza durante la manifestación, tras varios llamados y propuestas que circularon en las redes sociales.
Los acampados han convocado una «asamblea abierta» para las seis de la tarde de hoy, momento hasta el cual, al menos por el momento, planean mantener su «ocupación» de la plaza.
Hasta este momento, han hecho un llamado para que se una más gente en apoyo a la ocupación durante todo el día, así como para que traigan comida preparada para compartir. También han anunciado una serie de actividades para ocupar su tiempo y están preparando pancartas.
La manifestación de ayer
Ayer, varios miles de manifestantes, estimados en unos 15,000 según la Delegación del Gobierno, recorrieron el centro de València para reivindicar el derecho a la vivienda y protestar contra la turistificación de la ciudad. Lo hicieron bajo el lema «València s’ofega», en referencia a la riada que inundó la ciudad el 14 de octubre de 1957.
Los convocantes exigieron la regulación de los precios de los alquileres, la paralización de los desahucios, la creación de un parque de viviendas de protección oficial, así como la detención de la venta de inmuebles a capitales extranjeros.
En relación al impacto del turismo, pidieron que València sea declarada como una zona tensionada, que se prohíban los apartamentos turísticos y que se regule de manera «estricta» el negocio hotelero.
También abogaron por dejar de depender del turismo como motor económico, detener la promoción de la ciudad como destino turístico y frenar la llegada de cruceros, así como las ampliaciones del puerto y el aeropuerto.
