A escasas horas del Día del Padre hay quien todavía está buscando el regalo perfecto para el mejor papi del mundo.
Y es que cada año hay más alternativas y es más difícil decidirnos. El sufrido par de calcetines, la tradicional corbata o la hipsteriana pajarita han dejado paso a regalos más tecnológicos (tablets, smartphones, minicámaras y otros tantos “juguetitos tecnológicos”).
Pero si hay una apuesta segura para regalar a un padre –por lo normal excesivamente atareado- es tiempo de diversión y ocio con lo que más quiere: su familia. Programar actividades deportivas, de relax u ocio, es siempre una gran alternativa.
El mejor regalo es poder compartir un día de juegos, risas y distensión con la familia, el mayor tesoro de todo papi que se precie. Muy cerquita, en Oropesa del Mar, Castellón, Marina d’Or – Ciudad de Vacaciones ofrece un sinfín de posibilidades para celebrar por todo lo alto un día tan especial como éste. Y lo mismo da la edad de los peques, porque el complejo turístico cuenta con parques, para compartir, orientados a todas las edades: Mundo Fantasía, Emotion Park, el Jardín Encantado… o el mismo balneario de agua marina, con su zona infantil de juegos y sus grandes instalaciones donde disfrutar del agua calentita del Mediterráneo.
Otra opción es hacerse con uno de los paquetes vacacionales, de una o dos noches, que la Ciudad de Vacaciones ha puesto a disposición de sus clientes para celebrar, precisamente, el Día del Padre. Desde 98 euros por adulto –los niños no pagan-, los visitantes tienen alojamiento con pensión completa y barra libre de bebidas en un hotel cuatro estrellas dentro del complejo, con acceso a balneario, parques, piscinas climatizadas, ludoteca, al amplio programa diario de animación o a los desfiles de carrozas y artistas… alucinante.
DRON PARK. UNA NOVEDAD… “DE ALTOS VUELOS”
Fiel a su política de ofrecer novedades permanentemente, la Ciudad de Vacaciones inaugura este fin de semana una nueva atracción: Dron Park.
Dron Park Indoor es un novedoso y original circuito de obstáculos a cubierto diseñado para poner a prueba la pericia de cuantos quieran ponerse a los mandos de diversos drones de última generación, con la posibilidad de pilotarlos, literalmente, “en primera persona”, visualizando el vuelo a través de gafas de realidad virtual. Una experiencia superdivertida para disfrutar en familia. Eso sí, al menos –aunque sea solo por esta vez- dejemos que gane papá…
