La leyenda cuenta que, de regreso Alfonso V de Nápoles y camino de València, su embarcación fue sorprendida por una fuerte tormenta, y Moncofa se convirtió en su nuevo destino.
Moncofa ha vivido esta tarde el desembarco de la imagen de Santa María Magdalena, una tradición con más de seis siglos de historia que ha congregado a miles de personas en la playa del Grao. Esta procesión marinera, la más antigua de la Comunidad Valenciana, es una muestra de fervor y emociones. La imagen de Santa María Magdalena fue desembarcada y portada por marineros vestidos para la ocasión. Este evento está declarado como Fiesta de Interés Turístico Provincial. Desde el puerto de Burriana, la imagen navegó hasta avistar las playas de Moncofa. Una vez frente a la costa, las salvas anunciaron su llegada. Las emociones estuvieron a flor de piel cuando los marineros se lanzaron al agua para llevar a la santa hasta la orilla y luego en procesión hasta la ermita. Como es costumbre, tras el desembarco se recitaron los versos de loa a Santa María Magdalena, continuando con la procesión hasta la ermita donde se celebró una misa cantada por la coral parroquial Santa María Magdalena de Moncofa.
El comité de bienvenida incluyó a la corporación municipal, encabezada por el alcalde, Wences Alós Valls, la reina de las fiestas, Sonia Gonzáles Julià, y su corte de honor, así como el Conseller de Medio Ambiente, Vicente Martínez Mus. También estuvieron presentes autoridades, vecinos y visitantes que se sumaron a la bienvenida.
La leyenda cuenta que, de regreso Alfonso V de Nápoles y camino de València, su embarcación fue sorprendida por una fuerte tormenta, y Moncofa se convirtió en su nuevo destino. Llevaba consigo una imagen de Santa María Magdalena y, en recuerdo de este momento, cada año se revive la llegada de esta imagen a la playa. Tal como dice el dicho popular: “Santa María Magdalena la portaven per la mar, la duien de Marsella i a Moncofa va parar”.
Esta noche culminará la jornada más importante de las fiestas de Moncofa con el disparo de un castillo de fuegos artificiales en el mar, a cargo de la pirotecnia de Reyes Martí de Burriana.