Motín de Esquilache 2.0

Motín de Esquilache 2.0

Luis Andrés Cisneros

El 23 de marzo de 1766, domingo de Ramos, sobre las cuatro de la tarde, dos embozados, con capa larga y chambergo (sombrero de ala ancha) se paseaban por la plaza de Antón Martín en Madrid. Varios soldados que montaban guardia, les increparon por ir vestidos de esa guisa.

Uno de los embozados sacó una espada para hacer frente a los militares y, al momento, dos mil amotinados se dirigían hacia la Plaza Mayor y la turba hizo llegar al rey Carlos III, sus peticiones. Había comenzado el famoso Motín de Esquilache. Ese era el nombre del ministro del Rey, quién había firmado el decreto que prohibía el uso de la capa y el sombrero de ala ancha.

Aunque la historiografía apunta a dicho decreto como causa del motín, entre las peticiones que hicieron llegar al monarca, había algunas que tenían mucho más fuste y eran más perentorias en su cumplimiento:

  1. Destierro del Marqués de Esquilache y su familia.
  2. Que sólo haya ministros españoles en el Gobierno.
  3. Que se extinga la Guardia Valona (Cuerpo Militar-Policial)
  4. Que bajen los precios de los comestibles
  5. Suprimir las Juntas de Abastos
  6. Que vuelvan las tropas a los cuarteles.
  7. Permitir el uso de capa larga y sombrero de ala ancha.
  8. Que Su Majestad salga a la vista de todos y de su palabra de cumplir los puntos.

El Rey, salió pitando para el palacio de Aranjuez, a pesar de que dicha revuelta no iba contra él pero, para evitar males mayores, no dudó en cesar, de manera fulminante, a su ministro italiano. Y poco después siguieron el resto de los foráneos.

La verdadera razón de este motín fueron la carestía insoportable de las necesidades básicas y la evidente indiferencia de los gobernantes, cosa que sigue siendo invariablemente común en el siglo XXI. Lo de la capa y el sombrero se pasó enseguida y ya no hicieron caso.

Es curioso, pero los españoles en ningún momento fueron contra Carlos III. Otra cosa es lo que hubiera pasado si no se hubiera atenido a cumplir sus peticiones.

Ahora nos encontramos metidos de lleno en el mes de marzo, igual que aquel año, y la situación del país no difiere mucho de la que pasaba entonces. Veamos:

  1. Habría que desterrar, previo juicio , al responsable principal de la situación caótica en la que se encuentra el país, que no es otro que Sánchez el Traidor
  2. Los ministros del gobierno son antiespañoles, por lo que habría que expulsarlos a todos, tras un juicio previo, por los desmanes que están cometiendo.
  3. Juzgar y condenar a todos los comandos terroristas que son teledirigidos por el supuesto Gobierno.
  4. Que bajen los impuestos de todos los productos y servicios básicos, con una intervención especial en el IVA.
  5. Que se supriman todos los cargos y subvenciones de tipo ideológico y chiringuitero.
  6. Que se expulsen de forma inmediata todos los extranjeros ilegales y se reponga en toda España el uso del español.
  7. Que se suprima, de una vez por todas el uso de la mascarilla, al tratarse de una medida que atenta contra la salud pública.
  8. Que el Rey de España, salga a dar la cara y se olvide de apoyar a la Agenda 2030 y se ponga a defender y a luchar por sus súbditos y evitar tener que salir del país como algún que otro antepasado suyo.

La situación desesperada de todos los sectores españoles y de los sufridos mantenedores de esta banda de sanguijuelas que nos esquilman, está llegando al límite y los genocidas social-comunistas siguen llenándose los bolsillos a manos llenas.

Ahora han encontrado un chivo expiatorio llamado Vladimir Putin, que en unión de la ultraderecha, el General Franco, Trump y los Reyes Católicos han hecho posible que VOX vaya camino de La Moncloa.

Ahora entendemos la razón por la que «El Traidor de la Moncloa» está usando fondos europeos para adecentar el palacete del Coto de Doñana, mientras que su antepasado huyó a Aranjuez, el se irá al Sur, aunque no habrá sitio en la Tierra para esconderlo a él y a sus cómplices/cómplizas.

En aquella ocasión el Monarca salió indemne de la situación, pero hoy en día y tras las sucesivas situaciones pocos decorosas o más bien huidizas de antepasados suyos, no creo que el pueblo español consintiera que el Rey no fuera salpicado.

Siempre podrían, si evitan la Justicia, irse refugiados a Marruecos, donde su monarca, imagino que después de lo que le ha sacado al «Traidor» igual los acoge, eso sí, previo nuevo pago de una gran cantidad de lo que han esquilmado al pueblo español.

Felipe podría pedirle asilo a su padre en Abu Dabi, donde el dinero no les va a faltar. Nunca los Borbón han pasado ninguna estrechez en sus distintos periplos fuera de España. Y si fuera necesario, siempre les quedará George Soros.

Es tan nefasto Pedro Sánchez que, no se le daría su nombre a este motín, no, pasaría a la Historia como el «Motín de Esquilache 2.0», ya que poner su apellido a un hecho histórico sería una mancha para España.

Desconocer la Historia y querer manipularla o tergiversarla suele producir efectos adversos más nocivos que las inoculaciones de los productos experimentales de las terapias genéticas.

Y hoy más que nunca, acabemos con las autonomías antes de que ellas acaben con nosotros.

¡¡VIVA ESPAÑA!!

Luis Andrés Cisneros