Los restos son de un único individuo de 10 metros de longitud i entre 2,5 i 3 metros de alto
Este hallazgo corroborará la presencia del Iguanodon bernissartensis en Morella
La aparición de restos de dinosaurio es relativamente frecuente en las explotaciones de arcilla cercanas a la localidad de Morella. Estos restos pertenecen a la fauna que habitó esta zona hace unos 125 millones de años y su presencia se detecta a través de los controles paleontológicos que se desarrollan en estas explotaciones. La actividad extractiva de arcilla dentro de la concesión minera en la Masia Palau ha proporcionado nuevos restos de un único individuo de dinosaurio ornitópodo cercanamente emparentado con el género Iguanodon.
Los primeros restos se localizaron a principios del mes de noviembre en el frente extractivo de la mina y se está procediendo actualmente a su estabilización, documentación y extracción. Este hallazgo representa uno de individuos de dinosaurio ornitópodo más completos hallados en el Cretácico Inferior ibérico.
Las arcillas rojas de Morella son pioneras en la dinosauriología española y una de las referencias más frecuentes en la historia de los vertebrados fósiles españoles. De estas arcillas proceden parte de los primeros restos de dinosaurios identificados en España en el último tercio del siglo XIX. Probablemente el dinosaurio más abundante de estas arcillas sea Iguanodon, descrito en Morella tan solo 50 años después de que el médico inglés Gideon A. Mantell diese nombre a este emblemático dinosaurio en el año 1825.
Desde estos primeros hallazgos, la actividad paleontológica en Morella se ha mantenido de forma ininterrumpida. Afortunadamente, las colecciones de fósiles procedentes de estas arcillas han sufrido un espectacular incremento desde hace un par de décadas debido sobre todo a los controles paleontológicos rutinarios de actividades como las que se realizan en las minas gestionadas por la empresa Arcillas Vega del Moll S.A. En estas, se han localizado 21 yacimientos fosilíferos de los que se han extraído más de cinco mil fósiles de vertebrados, destacando los restos pertenecientes a dinosaurios ornitópodos emparentados con Iguanodon y Morelladon. Está gran cantidad de restos fósiles en la unidad geológica conocida como Formación Arcillas de Morella la convierte en uno de los referentes actuales en el estudio de las comunidades de dinosaurios ornitópodos de Europa occidental durante el Cretácico Inferior.
El material recientemente descubierto en la Masia Palau está compuesto por los restos de un único individuo representado por parte del cráneo, vértebras del cuello, el tronco y la cola, costillas y elementos de las dos extremidades. Este dinosaurio se interpreta como un ornitópodo estiracosterno robusto y de tamaño grande, con una longitud aproximada de 10 metros y una altura de unos 2,5-3 metros, muy probablemente perteneciente al género europeo Iguanodon. Las únicas especies actualmente considerados válidas de este género son Iguanodon bernissartensis, distribuido en Bélgica, Reino Unido y Alemania, e Iguanodon galvensis, conocido únicamente en la localidad turolense de Galve. Hasta el momento, se había considerado que Iguanodon bernissartensis estaba presente en los yacimientos de Morella, aunque el material inequívoco era relativamente escaso. La presencia de esta especie en Morella podrá ser corroborada a partir de la información disponible en el ejemplar recogido en Masía Palau.
Se considera que la fauna de ornitópodos estiracosternos de Morella está constituida por, al menos, tres especies: la forma autóctona Morelladon beltrani y otros restos tradicionalmente relacionados con las especies Iguanodon bernissartensis y Mantellisaurus atherfieldensis, mostrando la enorme diversidad de estos ornitópodos de tamaño medio-grande en la región sur de Europa hace unos 125 millones de años.
La excavación está dirigida por los paleontólogos José Miguel Gasulla, Fernando Escaso y Francisco Ortega, que de forma habitual desarrollan su trabajo en el análisis de la fauna de vertebrados del Cretácico Inferior de Morella, y está siendo desarrollada por miembros del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED, como Adán Pérez-García o Daniel Vidal. Finalmente, el alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés, ha querido “agradecer a la empresa Arcillas Vega del Moll su labor por ser un ejemplo en el estudio i cuidado del patrimonio paleontológico que se esconde en el suelo arcilloso de Morella”.