El mundo entero admira el compromiso del pueblo valenciano por su disposición a echarse a la calle a pie para ayudar a las víctimas de la DANA.
Quiero trasladar mi solidaridad a las personas afectadas por los efectos devastadores de la DANA. Sé que estos abrazos impresos no podrán mitigar el dolor, ni devolver la vida a los fallecidos, pero es nuestra obligación enviarles todo el cariño posible.
También quiero mostrar mi admiración por el pueblo valenciano, que nada más conocer la tragedia se echó a pie a las carreteras para socorrer a las víctimas. El mundo entero admira la disposición, el arrojo y el compromiso de una ciudadanía ejemplar.
Y angustiada, con derecho a protestar y a mostrar su enfado y rabia. Y a desahogarse ante el Rey, el presidente del Gobierno y el president de la Generalitat.
Lo que no puede ser es que unos fascistas utilicen el dolor ajeno para esconderse en la masa y atentar contra Sánchez. Sí, porque cuando unos individuos violentos propinan a alguien un fortísimo golpe a bocajarro y por la espalda están atentando contra la vida de un ser humano. De la mano de los fachas vuelve la Kale BorroKa más salvaje.
En un chat ultraderechista alguien publicó ayer por la tarde que el presidente Pedro Sánchez salió vivo de la visita a Paiporta porque solo le pudo dar con un palo por la espalda. Y que le destrozaron el coche.
Ayer por la tarde eldiario.es publicó que el entorno de la ultraderechista Revuelta había reivindicado el ataque. El digital accedió a lo comentado en un grupo de WhatsApp de esta banda: “Estamos aquí los de mi asociación, les hemos destrozado el coche, pero solo le hemos podido dar con un palo por la espalda. No sé qué habrá pasado después pero de nuestra zona ha salido vivo”. Entonces, ¿cuál era el objetivo, que saliera muerto, matar al presidente?
Las cosas han llegado demasiado lejos y corresponde reflexionar al conjunto de la sociedad, especialmente al conglomerado de diarios, radios y televisiones que componen la obediente Brunete Mediática, esa que aplica al pie de la letra la felonía aznariana de que “el que pueda hacer, que haga”. En algún momento deberían echar el freno porque después de deshumanizar al presidente durante seis años hay riesgo de que aparezca un descerebrado dispuesto a asesinar.
Es una reflexión que también compete a determinados directores de medios locales, especialmente a uno, porque hacen un lamentable uso de la pluralidad para dar alas y columnas de opinión a los ultras.
Lo ocurrido en Valencia no es culpa de las instituciones, aunque interpela a quienes niegan el cambio climático y a los medios que presionan para aprobar moratorias o suspender directivas ambientales de la UE.
Aunque en la Comunitat Valenciana la gente llevaba una semana hablando de la DANA que vendría, a medio día del pasado martes el president Mazón dijo que la borrasca disminuiría de intensidad sobre las seis de la tarde
También resulta evidente que estamos ante una gestión negligente de la crisis por parte de la Generalitat Valenciana, la administración competente. No se entiende que la ciudadanía llevara una semana hablando de la DANA que vendría y que Mazón dijera el pasado martes a la una del medio día que el temporal disminuiría de intensidad a las seis de la tarde. Cuando la alerta llegó a los móviles a las 20.12 horas ya era demasiado tarde.
Tampoco se comprende la falta de empatía de la maleducada consellera Elisa Montes con las familias de los desaparecidos, a quienes se dirigió el pasado viernes de una forma intolerable. Ni la tardanza del Govern para pedir al Gobierno de España efectivos militares y medios materiales.
Menos aún que Mazón, nada más llegar al Palau, eliminara la Unidad Valenciana de Emergencias. O que para desgastar a Sánchez, quienes llevaron al Supremo el primer Estado de Alarma de la pandemia que el alto tribunal declaró ilegal, pretendan ahora su instauración.
Rafa García. Periodista
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