Las prisas siempre han sido malas consejeras…en el fútbol también.
Todos, sin excepción, deseamos el ascenso del CD Castellón al fútbol profesional pero “no por mucho madrugar, amanece más temprano”.
Somos sabedores de la ruina que supone la militancia en la 2ªB que ahora llaman, de manera rimbombante, Primera RFEF. Es como el paso por el purgatorio antes de alcanzar el cielo porque militas en una categoría con muchos gastos e ingresos reducidos.
Parece que los actuales propietarios del club lo tienen claro y, aunque nuestra opinión importe poco, es de agradecer que no nos tiremos al precipicio sin paracaídas.
Digo que nuestra opinión no importa, aunque la Junta Directiva la respete, porque desde que se instauró la nefasta Ley del Deporte los clubes dejaron de serlo para convertirse en sociedades anónimas y transformar al socio en abonado con un solo derecho, pagar.
Parece que disputar la fase de ascenso se ha puesto muy difícil, sino imposible, pero se va a seguir trabajando para cumplir el objetivo.
Hay que trabajar sin pausa pero sin prisa. No sirve de nada endeudar el club para conseguir el ascenso ya que nadie te garantiza la permanencia al año siguiente en una categoría profesional donde hay mucha igualdad y media docena de equipos con plantillas al alcance de muy pocas economías.
Creo que el trabajo que está realizando la Junta Directiva de Vicente Montesinos es el adecuado. Para empezar se juegan su propio dinero, que nadie se olvide de eso, y hay que diseñar la base de la plantilla para que los refuerzos que vayan llegando se integren en un esquema deportivo ya consolidado.
También habrá que consolidar el proyecto económico. Igual hay que renunciar a un porcentaje de abonados para que los que queden paguen una cuota adecuada al presupuesto del club y no, como hasta ahora, donde, dicho sin maldad, el carnet del Castellón era más barato que el abono de algún equipo regional.
Si se puede poner alguna pega a la gestión de la actual junta es quizá que se han hecho demasiados fichajes que no han dado el resultado esperado. Al margen de esta consideración también debemos saber que no es nada fácil, mucho menos barato, hacer una plantilla en esta categoría que pueda garantizar, si en fútbol se puede utilizar este término, el ascenso.
El club necesita tiempo y la paciencia, tanto de sus dirigentes como de su afición. Todos debemos volcarnos en consolidar un equipo técnico y una plantilla que pueda darnos la solidez suficiente para aspirar a estar en la parte alta de la tabla. Eso solo se consigue renovando la confianza en una Junta Directiva que desea el ascenso más que nadie pero que demuestra que “tiene los píes en el suelo”.
El tiempo pone a cada uno en su sitio y la buena gestión, sin precipitación, pondrá, da igual el año que viene que al siguiente, al CD Castellón en la categoría que se merece.