La “Marca Blanca” (llamada también Marca del Distribuidor), es una marca, perteneciente a una empresa, con la que se venden productos. En ocasiones, grandes o primeras marcas muy conocidas crean una segunda marca de más bajas prestaciones y a un precio más económico de adquisición para el consumidor, de esta forma dichas grandes marcas consiguen...
La “Marca Blanca” (llamada también Marca del Distribuidor), es una marca, perteneciente a una empresa, con la que se venden productos.
En ocasiones, grandes o primeras marcas muy conocidas crean una segunda marca de más bajas prestaciones y a un precio más económico de adquisición para el consumidor, de esta forma dichas grandes marcas consiguen acaparar todos los sectores económicos del mercado sin vulgarizar su primera marca, lanzando al mercado productos de más baja calidad o prestaciones con un coste de adquisición más económico que su primera marca.
Los primeros envases de estos artículos eran blancos y bastante asépticos, de ahí el nombre de “Marca Blanca”. Trataban de captar al comprador que pretendía comprar un producto básico sin tener que pagar por la marca del fabricante.
Por otra parte, también tenemos la estrategia de las “segundas marcas”, de las cuales, al lanzar al mercado una segunda marca, la empresa quita parte de su participación de ventas, pero también quita participación de ventas a los otros competidores. El objetivo es restar una elevada participación a los competidores y una pequeña (la mínima posible) a la propia empresa.
Bueno, pues en Política ya hemos llegado a estas estrategias de Marketing. La prueba definitiva, por si a alguien le quedaba alguna duda, la hemos tenido en esta última sesión en el Congreso de los Diputados.
Hemos podido asistir al dominio absoluto de la marca líder del Mercado, PSOE/Podemos, que, por mor de la estrategia tendente a copar el mercado del voto por completo, por fin ha desvelado, sin el más mínimo pudor, lo que veníamos constatando desde tiempo atrás: el Monopolio de la gobernanza del Estado y su liquidación definitiva, salvo que VOX y los españoles lo podamos evitar.
Vamos a hacer un poco de historia, o de Pedagogía, como le gusta decir a mi buen amigo Alberto Asarta, echando la vista atrás hacia las últimas décadas.
Desde tiempos inmemoriales PP y PSOE (en realidad una única marca política) se iban repartiendo el mercado cada cuatro años, para lo cual contaban, con pequeños comercios de barrio, véase PNV, Convergencia y Unión y poco más. Así les iba bien, las ganancias seguían siendo suculentas.
Pero claro, de nuevo aparece algún que otro incordio, como Podemos, y ello les obliga a tener que pensar en un posible nuevo socio, aunque, a lo mejor, PP y PSOE urdieron la creación de una segunda marca para hacerse la competencia a sí mismos o seguir abriendo mercados, o captando a incautos.
Hasta que los dos poderosos se dan cuenta que, si quieren “vender” algo, tienen que copar el mercado y se ven en la necesidad de crear una “Marca Blanca” y, debido a que la mayor parte de la tarta del mercado de votos seguía en poder del PSOE, toman la decisión de posicionar al PP como la “Marca Blanca” del todopoderoso PSOE social-comunista.
A las pruebas nos podemos remitir, una vez que el de infausto recuerdo, Mariano Rajoy, salió huyendo del Congreso de los Diputados para refugiarse en un restaurante, demostrando, bien a las claras, que ellos eran la Marca Blanca ya que durante el periodo de su mandato, a pesar de haberlo dicho por activa y por pasiva, ni derogó ni modificó ninguna ley del bolivariano Zapatero.
Repasemos; Ley del Aborto, Ley de Memoria Histórica, Leyes de Violencia de Género, Leyes sobre la liquidación del idioma español, y así podríamos estar varios días.
Y la puntilla, por si hacía falta alguna prueba más, Pablo Casado, lo ha demostrado con su cuarto apoyo al Estado de Alarma de los más recalcitrantes comunistas que harían palidecer a Largo Caballero, Negrín y Carrillo si hoy hubieran estado en el Congreso. ¿Hace falta más prueba que ver cómo el llamado “líder de la oposición” (¿Qué oposición?), se arrodilla ante el Jefe por cuarta vez?.
Por su parte, “el mirlo blanco” del panorama político español, Inés Arrimadas, ha demostrado que su partido no es una ”Marca Blanca”, es, ni más ni menos, que la segunda marca del socialcomunismo. Se creó, desde bases del PSC, con el único objetivo de crear una segunda marca del PSOE, para hacerse una ficticia competencia a ellos mismos.
Hoy se ha vuelto a ver. Una formación, reducida a un desahuciado grupúsculo casi residual, escenifica un apoyo sin fisuras para luego cumplir con su objetivo de que no crezcan otros a costa de su jefe y brindar un patético monologo de enfado. ¿A quién pretende engañar?.
No digamos nada de las otras tiendas de barrio, que tienen que mendigar que les dejen vender, por lo menos, algunas chucherías a las puertas de algún colegio de Teruel o Alcañiz.
Con España en los peores momentos de su honrosa historia milenaria y con la, probablemente, mayor recua de políticos qué sólo piensan en sus espurios intereses, el futuro que nos viene es para echarse a temblar.
La cosa ha quedado clara. Sólo VOX se mantiene sin estar anclado o vendido a ningún “grupo de presión” y teniendo como estrategia clara que “más vale honra sin barcos que barcos sin honra”,
Huyamos del Monopolio que entre ”Marcas Blancas” y “Segundas Marcas” nos están llevando a una tragedia de tintes dramáticos, pensando en esas personas mayores que han llevado sobre sus hombros los grandes logros de nuestro país y que, lamentablemente, han sido despreciadas por los comunistas bolivarianos.
¡DESCANSEN EN PAZ! No dejaremos de luchar por su memoria
Luis Andrés Cisneros