Profesiones del pasado, del futuro, de siempre

Profesiones del pasado, del futuro, de siempre

Profesiones que parecían desaparecidas, profesiones que están viviendo una sempiterna época dorada.

 

Mucha gente pensaba y sigue pensando que la llegada de la tecnología y de la informática al mundo actual, hace ya algunos años, nos iba a llevar a una pérdida de profesiones consideradas tradicionales, “viejunas”, del pasado, así como a la aparición de otras de futuro (de futuro de la época, porque antes ni se imaginaban ni se conocían, tales como: programadores de programas informáticos, expertos en telecomunicaciones, diseñadores de páginas web…); pero la realidad es que la cosa no ha sido tan radical. Sí que es verdad que la informática, queramos o no, nos ha abierto un amplio abanico de ventanas (nunca mejor dicho) y de nuevos oficios antes impensables. Pero también el ritmo al que ha evolucionado la sociedad, y no sólo las nuevas tecnologías, ha tenido algo que ver; veamos, por ejemplo, el caso de la política, así, al azar: hay asesores, cargos de confianza de políticos, secretarios, vicepresidentes, primeros vicepresidentes, segundos vicepresidentes, terceros vicepresidentes…

Pero aparte de eso, resulta que también estamos en una situación de crisis casi permanente, que ha hecho que profesiones que parecían desaparecidas o efectivamente un recuerdo de antaño, hayan revivido; es el caso de las modistas (se ha puesto muy de moda, nuevamente nunca mejor dicho, arreglar la ropa para aprovecharla de otras temporadas en vez de comprar nueva), o todos aquellos oficios relacionados con la artesanía: cestas de cáñamo, vasijas de alfarería, objetos de madera, prendas de lana, bolillos; también gente en su ámbito particular, que se ha aficionado a hacer ganchillo, punto, o a cultivar su/un huerto por la satisfacción de abastecerse y/o gastar lo autoproducido.

De igual manera, se podría decir que hay algunas que quizás no vuelvan: los acomodadores del cine, el afilador, los vendedores de enciclopedias. Y otras profesiones que están viviendo una sempiterna época dorada, como los cocineros: aunque somos un país rico en cultura gastronómica, ahora es raro el canal de televisión que no tiene su programa de cocina con recetas para personas solteras, para personas casadas, para jóvenes, para mayores, para cocinar sin cocinar (el increíble mundo de las latas de conserva), para hombres, para mujeres…

En definitiva, que lo importante es adaptarse en cada momento a lo que nos interese, ea.

Y hablando de profesiones siempre he tenido una duda: las ha habido que tradicionalmente han sido más de mujeres, como enfermera o matrona (espero que no me caigan cien mil rayos encima por el planteamiento de género), y la duda que tengo es cómo se diría el hombre que asiste a una parturienta en el momento de dar a luz: ¿matrón?, ¿patrón?, ¿comadrona hombre? Hummm, ahí lo dejo.

Elena Rodríguez
Docente discente