Carta abierta de los trabajadores de Levante de Castelló tras el anuncio del cierre del periódico
Tras la compra del grupo Zeta por parte de Editorial Prensa Ibérica, los trabajadores que componemos la actual plantilla de Levante de Castelló nos encontramos en una situación de total desolación. Confiábamos en que la empresa que preside Javier Moll seguiría apostando por la gente de la casa, ‘su gente’, la misma que se ha dejado media vida en el periódico velando por una información veraz y por la ética profesional desde que el periódico abriera sus puertas en marzo de 1991. Pero nos encontramos con una respuesta totalmente opuesta y eso provoca una gran incertidumbre e indignación entre nosotros.
Resulta paradójico pensar que Editorial Prensa Ibérica haya apostado por adquirir un grupo empresarial de la historia de Zeta y, como contrapartida, la reacción sea la de despedir a numerosos trabajadores en diversas cabeceras distribuidas por todo el país, entre las que parece que estará la delegación de Levante de Castelló, que parece tener los días contados por culpa de esta operación empresarial.
Los 14 trabajadores de Levante de Castelló, así como la red de colaboradores y corresponsales del medio, hemos peleado contra viento y marea por esta cabecera, asumiendo responsabilidades en muchos casos que no nos correspondían y tratando de ofrecer siempre el mejor producto posible. Hicimos frente a una dura crisis y seguimos peleando por sacar a flote este periódico. En los casi 28 años desde su apertura, ha habido momentos buenos y otros no tanto, pero nunca hemos perdido ni la ilusión ni las ganas de seguir ejerciendo nuestra profesión con dignidad, profesionalidad y con una total entrega.
Levante de Castelló es un periódico que trasciende una delegación, intentando ser la voz de una provincia de 135 municipios, que se van a quedar sin esa visión de las comarcas que no dan otros medios de comunicación.
Levante de Castelló ha sido un referente en la información de la ciudad. En época de duras presiones políticas y empresariales ha dado siempre la cara por informar a los lectores y desarrollar, en la medida de sus posibilidades, con aciertos y errores, un periodismo comprometido con el lector. Desde los primeros redactores que llegaron en sus inicios a los últimos que nos encontramos ahora ante este futuro, no ya incierto, sino sentenciado.
Pero ahora que se aventuran tiempos nuevos en Editorial Prensa Ibérica nos encontramos con la desagradable y también sorprendente medida de que, debido a un redimensionamiento de la empresa, se va a dejar de contar con muchos de los profesionales de la casa sin valorar el trabajo y el esfuerzo realizado por cada uno de nosotros en todo este tiempo y, además, sometiendo a la actual plantilla a una dura presión psicológica hasta que se ejecute la medida tomada por la empresa y se eche el cierre a la delegación de la calle Zaragoza.
Editorial Prensa Ibérica siempre ha hecho honor a su carácter de empresa familiar, pero en esta ocasión está dejando de lado a una buena parte de esa ‘familia’, la delegación de Levante de Castelló, a quienes se ha ignorado para poder aportar su visión sobre cuál debería ser el proyecto periodístico que quizás necesite esta provincia a través de la cabecera por la que parecen haber apostado, Mediterráneo, a cuyos actuales gestores se ha dado manga ancha para ejecutar un modelo muchas veces criticado y puesto en cuestión por esta casa.
Nuestra confianza era que, en caso del cierre de la delegación, se reubicara a la plantilla en otros periódicos del grupo ya que se trata de trabajadores hechos a medida de ‘la casa’ y con capacidades demostradas desde hace muchos años para seguir ejerciendo su profesión en otros medios. Pero parece que nuestro destino no está en nuestas manos.
A todos los compañeros de Levante-EMV, amigos y lectores… gracias por todos estos años de complicidad y por creer que otra clase de periodismo es posible.