El bailaor granadino Rafael Amargo fue arrestado la noche del jueves en Alicante, después de salir de una actuación, por supuestamente traficar drogas desde su hogar en Madrid, según confirmaron fuentes policiales.
El bailaor Rafael Amargo ya había sido detenido el 1 de diciembre de 2020, junto a su pareja y otras dos personas, en el marco de la «operación Codax», la cual recibió su nombre por una imagen de Amargo en Instagram donde aparece con unas alas de cuervo. Tras ser interrogados, los detenidos fueron liberados con medidas cautelares como la retirada del pasaporte, la prohibición de salir del país y la obligación de presentarse en el juzgado cada dos semanas. Además, la Policía realizó varios registros.
El próximo mes de junio, el bailaor se enfrentará a cargos por presuntamente vender sustancias estupefacientes en su casa a cambio de dinero de forma «persistente». La vista oral se llevará a cabo del 7 al 9 y el 12 de junio en la Audiencia Provincial de Madrid, según fuentes judiciales.
La Policía Nacional ha llevado a cabo una investigación sobre el bailaor desde el mes de julio pasado después de que sus vecinos presentaran una denuncia por presunta venta de drogas en su apartamento de la calle Espíritu Santo en la capital.
Según fuentes policiales, la situación se volvió «insostenible» y los vecinos del artista presentaron una denuncia el 21 de julio por «venta y tráfico de estupefacientes» desde su vivienda.
La denuncia, que se incluyó en el informe policial, señala que los residentes se quejaron en una reunión de la comunidad por el continuo tráfico de personas en el apartamento, algunos de los cuales «se quedaban a dormir en el descansillo de los pisos superiores» debido a que la residencia del bailaor se encuentra en la planta baja.
«En la actualidad, no solo se ha mantenido este tráfico constantemente, sino que también se han encontrado jeringuillas, papel de aluminio y colillas en el portal del edificio», indica la denuncia.
El informe fue remitido al Juzgado de Instrucción número 27 de Madrid, cuyo titular ordenó el 16 de septiembre abrir una investigación y solicitar la colaboración de la Policía para esclarecer los hechos. A partir de entonces, se iniciaron las vigilancias diarias del apartamento del artista, donde se podía observar a diario a toxicómanos entrar y salir apresuradamente.
A partir de los dispositivos, se ha podido comprobar que constantemente entraban al edificio personas con apariencia de toxicómanos, quienes, tras permanecer unos minutos en su interior, lo abandonaban.
«En base a los hechos expuestos, hay suficientes indicios para creer que en la vivienda del denunciado se están llevando a cabo ventas de sustancias estupefacientes», afirman las diligencias policiales, que se basan en las vigilancias y las intervenciones telefónicas realizadas desde el pasado mes de agosto para confirmar estos hechos.
La detención se produjo después del arresto en febrero pasado del presunto proveedor de sustancias, quien fue puesto en libertad con cargos hace algunas semanas por el juez.
El fiscal ha solicitado una pena de 9 años de cárcel para Amargo y también para Juan Eduardo S.B., quien presuntamente trabajaba con el bailaor para comprar y distribuir las sustancias. Durante los meses de abril y diciembre de 2020, el fiscal afirma que ambos «se dedicaron de manera concertada y persistente a la distribución de sustancias estupefacientes, incluyendo metanfetamina, a terceras personas a cambio de dinero».
En aras de ese propósito, los dos acusados compraban la sustancia «conjuntamente» a distintos proveedores para, posteriormente, distribuirla entre ambos y venderla a terceros.
De esta manera, el bailarín presuntamente vendía las sustancias estupefacientes a quienes se acercaban a su domicilio en Madrid, mientras que en otros casos, «hacía llegar la sustancia al lugar indicado por el cliente a través de su hombre de confianza, el también acusado Manuel Ángel B.L., otro de los socios de Amargo, quien, sabiendo lo que transportaba, después de la entrega correspondiente, regresaba al domicilio para entregarle el dinero obtenido por la venta».
El Juzgado de Instrucción número 48 de Madrid autorizó el 1 de diciembre de 2020 la entrada y registro en los domicilios de los acusados.
En el caso del bailaor, los agentes encontraron tres botes con sustancia Popper (nitritos de alquilo), una bolsita con una sustancia que resultó ser feniletilamina con un peso neto de 0,089 gramos y un frasco con 6 mililitros de GBL con un valor de mercado de 314,19 euros en su venta por gramos.
En el caso del otro detenido, los investigadores encontraron en su apartamento ubicado en la calle Tetuán, en uno de los dormitorios, una caja de cartón negra que contenía diferentes envases con 133,4 gramos de metanfetamina y 30 gramos de CB2.
Además, se descubrieron 39,8 gramos de éxtasis, 9,8 gramos de ketamina, 255 gramos de sildenafilo, 80,2 gramos de cocaína, dos básculas de precisión y bolsitas de plástico con cierre hermético. En otra habitación donde se encontraba el detenido, se encontró la cantidad de 1.420 euros en moneda fraccionada.