El concejal del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón, Juan Carlos Redondo, lamenta la insistencia de los socialistas que en plena pandemia no están dispuestos a renunciar a sus privilegios y tienen entre sus prioridades reformarse sus despachos, “ahora, a costa de expulsar las oficinas de Correos de la plaza Tetuán, tras el anuncio de compra del edificio entero por parte de la Generalitat, y con el agravante de que expulsan este servicio del centro que tanto suma en la pretendida revitalización del corazón de la ciudad”, señala.
“Parece que lo de ajustarse el cinturón en tiempos de pandemia es para otros, no para los socialistas que siguen encaprichados en reformarse palacetes y acondicionar despachos con el importante desembolso de millones de euros que ello comporta, mientras el comercio se muere, la hostelería a duras penas remonta tras las duras restricciones y una mayoría de pymes y autónomos a la espera de las prometidas ayudas de las administraciones públicas y mientras el paro sigue al alza, solo en la ciudad hay más de 16.000 personas desempleadas”, explica.
El concejal del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón Juan Carlos Redondo lamenta la ‘fiebre socialista’ por reformarse palacetes y acondicionarse despachos en plena pandemia, “ahora poniendo el foco en el edificio de Correos de la plaza Tetuán que dejará de prestar este servicio después de 89 años”. Así se ha pronunciado el edil tras el anuncio de compra del emblemático edificio por parte de la Generalitat y la licitación de obras de acondicionamiento por 1.278.733,62 euros, con el fin de destinarlo cuestiones burocráticas y a ubicar en él la sede territorial de la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital en la provincia.
Un anuncio, el de Puig, que a juicio del concejal del PP se traduce en más despachos, “ahora a costa de expulsar las oficinas de Correos de la plaza Tetuán, con el agravante de que se llevan este servicio del centro, que tanto suma en la pretendida revitalización del corazón de la ciudad en un momento especialmente crítico para el comercio local”, señala.
“Los castellonenses sí se ajustan el cinturón en tiempos de pandemia pero los socialistas no, porque siguen encaprichados en reformarse palacetes y acondicionarse despachos con el importante desembolso de millones de euros que ello comporta, mientras el comercio se muere, la hostelería a duras penas remonta tras las duras restricciones y una mayoría de pymes y autónomos a la espera de las prometidas ayudas de las administraciones públicas y mientras el paro sigue al alza, solo en la ciudad hay más de 16.000 personas desempleadas”, explica.
Y añade: “Las obras que pretende llevar a cabo Puig y las que ya está realizando Amparo Marco en la cuarta planta del Ayuntamiento, tras haber actuado ya en la planta baja y el Salón de Plenos, que acabarán suponiendo más de medio millón de euros, estas obras, son una ofensa para quienes han visto caer como nunca sus ingresos, para quienes se han quedado en el paro, para quienes se ven obligados a engrosar las colas del hambre o para quienes siguen esperando ayudas económicas de la administración local que no llegan, hay comercios que todavía no han visto ni un euro de las ayudas solicitadas el año pasado con motivo del fondo Covid que habilitó el Ayuntamiento”.
El servicio de Correos se traslada a las instalaciones de la unidad de reparto que la sociedad estatal tiene en la calle Dean Martí, “mientras la imagen que presenta el centro se ve cada vez más deteriorada”, lamenta Redondo. “Si la situación que está generando la pandemia ya es delicada para todos los establecimientos del centro que han notado el descenso de ventas por la falta de clientes, sólo falta renunciar a los pocos activos que atraen gente, como es el caso del servicio de Correos en un espacio y edificio emblemáticos”, añade.
Cabe recordar que la alcaldesa Amparo Marco ha decidido destinar al menos otros 43.000 euros a la reforma de la antigua estación de ferrocarril para convertir el edificio en la nueva sede el Patronato de Turismo, a lo que se suman las obras de reforma del Ayuntamiento de Castellón y la reforma pendiente del edificio de la antigua Audiencia Provincial que comportará otros 12 millones de euros.
“Los vecinos que esperan ahora más que nunca, que la administración más cercana como es el Ayuntamiento esté de su lado y defienda sus intereses, es cuando más se aleja de los castellonenses”, concluye Redondo.