En la prensa impresa se observan dos tipos de titulares: los que se perpetran contra Pedro Sánchez y los que evocan el mito de la felación.
Después del atracón de fruta de los últimos días cabría esperar que la semana que hoy comienza resulte mucho más tranquila. Anoche soñé que así sería. En el duermevela también imaginé que el pornoperiodismo estaba de retirada ante el retorno del viejo PERIODISMO impreso, ese que antaño se escribía con mayúsculas. Acá y acullá, en Madrid y en la provincia de Castellón.
Me aseguran que un día existió esa buena praxis, pero quizá ya haga mucho tiempo de aquello porque, parafraseando a Mario Vargas Llosa, yo tampoco me acuerdo de “en qué momento se jodió el Perú”.
Y es que observo dos tipos de titulares impresos: los que se perpetran y los que evocan el mito de la felación. Los primeros suelen ir dirigidos contra Pedro Sánchez y el Partido Socialista, y por extensión, contra todos los grupos que dan soporte parlamentario al actual Gobierno de España. Luego están los titulares de inspiración succionadora, que van por otros derroteros y tienen unos beneficiarios muy concretos.
Así se entiende que las deficiencias de la Sanidad tengan ahora una escasa repercusión, a pesar de que siguen creciendo las listas de espera y se agudiza el problema de la falta de facultativos. Parece que una vez consumado el cambio en la Comunitat Valenciana ha desaparecido el carácter prioritario de estos asuntos. Se acabaron la beligerancia del Colegio de Médicos, la incontinencia declarativa de determinados sindicatos y las portadas inmisericordes, que fueron implacables, incluso, en tiempos de pandemia.
¿Ya no conviene publicar fotos de Carlos Mazón a las puertas de los hospitales denunciando las deficiencias del sistema? Es obvio que no. Las prioridades han cambiado, el foco no se pone en la gestión de las distintas consellerias de la Generalitat Valenciana, ni en las alcaldesas y los alcaldes de las grandes ciudades. Eso, ¡ahora no toca! El periodismo ha muerto.
Lo que procede es ensalzar el carácter reivindicativo del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y de la presidenta de la Diputación de Castellón, Marta Barrachina, dos grandes beneficiarios del desastre electoral de Núñez Feijóo del 23 de julio de 2023, porque si Sánchez no llega a formar gobierno, de qué iban a hablar estos dos mandatarios. Después de nueve meses en el poder sabemos de su capacidad para despotricar del presidente del Gobierno pero lo desconocemos casi todo sobre su supuesta gestión.
Nos pasa casi lo mismo con la alcaldesa de la capital, Begoña Carrasco, aunque de ella sí sabemos que dedica mucho tiempo a llevar por la buena senda a los concejales Ramírez y Ortolà. Ella sabe que “el César, además de serlo, debe parecerlo”, lo que implica aparcar solo en lugares autorizados, pagar las multas y no ver el fútbol junto a radiKales ultras.
Rafa García. Periodista
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