El Consorcio gestor del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares retira los olmos secos de la ruta botánica
Los árboles de ribera se habían convertido en un problema de seguridad para los usuarios del camino fluvial
El consorcio gestor del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares formado por los ayuntamientos de Almassora, Burriana, Vila-real, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana ha retirado de la ruta botánica unos 50 árboles, entre olmos y chopos que estaban muertos y suponían un peligro para los usuarios de la ruta botánica fluvial. Los ejemplares que han sido cortados y troceados, crecían aguas abajo del Molino Bisbal en una zona donde la ruta se estrecha mucho. Varios vecinos de los chalets ubicados en la zona de arriba de la ruta habían enviado un escrito por registro de entrada al Consorcio río Mijares advirtiendo de la peligrosidad que suponía mantener los árboles secos para la integridad de los caminantes y deportistas. Entonces el servicio de guardería rural del Consorcio río Millar realizó un informe donde se constataba que el desprendimiento de las ramas secas podía convertirse en un peligro para las personas. Hay que tener en cuenta que los árboles muertos tienen una función importantísima en los espacios naturales como es el caso del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares, ya que pueden convertirse en el hábitat de decenas de especies que pueden llegar a encontrar refugio y alimento como es el caso de los murciélagos o las aves. Pero en esta ocasión el Consorcio río Mijares tras el informe del servicio de guardería rural ha decidido cortarlos y retirarlos de la ruta botánica.
La grafiosis de los olmos
La grafiosis de los olmos es una enfermedad que llegó a la península Ibérica a mediados de la década de los treinta. El patógeno responsable es un hongo vascular conocido científicamente como Ophiostoma ulmi. Como ocurre con otras epidemias, a principios de los años setenta del siglo pasado llegó una nueva especie más mortífera todavía conocida como Ophiostoma novo-ulmi. Tanto una como otra cortan la fluctuación de la savia por los vasos del árbol. Los olmos empiezan a experimentar un marchitamiento foliar, más tarde llega la defoliación y finalmente la muerte del árbol. Los encargados de transmitir la enfermedad de un árbol a otro son algunas especies de coleópteros escolítidos que transportan a su cuerpo las esporas de estos hongos mortíferos. Los restos de olmedas más importantes del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares se concentran en la orilla derecha del río, desde el Molino del Termet de Vila-real hasta el pantano de Santa Quiteria de Almassora. En la parte más baja de la desembocadura también aparecen algunas manchas en el margen derecho por la zona de Carnissers en Burriana. La grafiosis ha acabado con buena parte de la población de olmos en toda España. Los olmos del Mijares no son árboles de gran tamaño, pero lo que quedan se han convertido en una reserva genética para el futuro de la especie.
La ruta botánica del Paisaje Protegido de la Desembocadura del Millars continúa cerrada en pro de la seguridad de los usuarios
El Consorcio gestor del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares recuerda que la ruta botánica continúa cerrada como medida de prevención ante nuevos desprendimientos. De momento el Consorcio río Mijares ha encargado a una empresa especializada en riesgos geológicos el estudio de la zona afectada por un desprendimiento para decidir las próximas actuaciones. Recordemos que el viernes 24 de septiembre se produjo un importante desprendimiento de rocas y piedras que sepultó un trozo de la ruta botánica. Afortunadamente en ese momento no pasaba ningún usuario por la zona. La concejalía de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Vila-real, la Policía Local y el Consorcio río Mijares acordaron el cierre provisional de la ruta botánica asesorado por los bomberos del Consorcio Provincial de la Diputación de Castellón. El Consorcio gestor del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares recuerda que ninguna persona debe saltarse las vallas para ir a ver el desprendimiento y mucho menos pasar por su lado, ya que la zona sigue muy inestable y se pueden producir nuevos derrumbes. Recordemos que la Policía Local de Vila-real ha clausurado el paso con vallas y una cinta de policía que ninguna persona debe traspasar y si lo hace será bajo su responsabilidad.