El agente ya había despertado las sospechas de sus superiores pues su comportamiento "no era normal".
La sospecha de uno de sus superiores de que el Guardia Civil pudiera estar consumiendo algún tipo de sustancia estupefaciente, se corroboró con la información presentada por la Unidad de Seguridad Ciudadana de Comandancia (Useic).
Los hechos se remontan al año 2019, cuando el agente se excusó para realizar unos asuntos personales estando de guardia y vestido de uniforme. El superior del cuartel militar de Oropesa del Mar, que ya tenía información suficiente, mandó a una patrulla de servicio de Oropesa para que siguiera al ahora Guardia Civil sancionado.
El itinerario que siguió le llevó hasta la localidad de Almassora (Castellón) alrededor de las 10.00 horas. Los agentes de Oropesa informaron de la trayectoria seguida por el compañero y, ya en Almassora, la patrulla de esta localidad castellonense se situó en una zona «conocida» como un punto de venta de estupefacientes. No tardaron mucho en visualizar el vehículo particular del agente y solicitar que parara.
El agente bajó de su coche, vistiendo el uniforme de Guardia Civil y portando su arma reglamentaria pero cubriendo su semblante con una chaqueta. Tras identificarse como «Guardia Civil», sus compañeros de la patrulla de Almassora le pidieron el arma, la cual entregó sin problemas y procedieron a realizar un registro del vehículo en el que encontraron,
Una bolsita con polvo blanco y una libreta cuyas tapas presentaban restos de este polvillo.
La Guardia Civil de Almassora informó al superior de lo que acontecía y éste se personó hasta el lugar, solicitando además que acudiese el equipo de tráfico para realizarle las pruebas de detección de drogas que finalmente dieron como resultado un test positivo en cocaína.
El agente finalmente cumplirá una sanción de empleo y sueldo rebajada, tras haberla recurrido y no ser reincidente, de 3 a 2 años. Así las cosas, el agente ha perdido su plaza en Oropesa como destino laboral.
