Sequía y nuestro patrimonio

Sequía y nuestro patrimonio

En Bomberos Forestales de la Generalitat estamos escandalizados por el riesgo de incendios más allá de los típicos de la campaña de verano.

 

El clima es un factor clave para la vida de las personas y el desarrollo de los ecosistemas. En las últimas décadas se está produciendo un avance considerable en el conocimiento científico sobre el complejo sistema climático, la observación y vigilancia del mismo, así como de la investigación, modelización y predicciones climáticas, lo cual forma parte de los componentes del marco científico mundial para la prestación de servicios de investigación y predicciones de AEMET, que nos da datos y tendencias inusuales en el ámbito mediterráneo, pues vivimos en un mundo cada vez más afectado por fenómenos climáticos extremos (Dubai 16/04/2024), y entre ellos, la sequía es una de las principales preocupaciones.

Los recientes estudios del prestigioso Centro Universitario de Estocolmo sobre los límites planetarios, nos da información relevante sobre el cambio climático y otras ocho cuestiones de primer orden en la actualidad internacional. Los resultados muestran que seis de los nueve límites planetarios, tales como: la deforestación, la pérdida de biodiversidad planetaria, la proliferación de productos químicos sintéticos (incluidos los plásticos), el agotamiento del agua dulce, el uso de nitrógeno y el cambio climático, ya se encuentran en la zona roja, según informó un estudio realizado por un equipo internacional de 29 científicos publicado en la revista Science.

Según reveló otro estudio internacional desarrollado con la participación de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y publicado en la revista Nature Climate Change, hace años que el cambio climático amenaza la región del Mediterráneo con escasez de agua, pérdida de biodiversidad y riesgos para la seguridad alimentaria y humana, es por eso que en el año 2015, la revista médica The Lancet incluyó la solastalgia como un concepto que afecta en la salud y bienestar del ser humano.

En el contexto nacional, si bien es cierto que la Península Ibérica ha experimentado históricamente períodos de sequía, el cambio climático está aumentando exponencialmente esta problemática hasta límites alarmantes. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, más del 70% del territorio español se encuentra en situación de sequía en diferentes grados de intensidad y se prevé que en 2025 baje el turismo en las zonas mediterráneas entre un 5 y un 25 por ciento debido a la incidencia del cambio climático y la sequía según datos del Ministerio de Agricultura y Alimentación.

Respecto a la situación en la Comunidad Valenciana, esta escasez de lluvias trae como consecuencia, entre otras, una disminución de los niveles de los ríos y almacenamiento de los embalses, además de reducción de los acuíferos y secado de las fuentes naturales. Según ha advertido la Confederación Hidrogràfica,

La Comunitat Valenciana está sufriendo una de las peores sequías de los últimos años y no se descartan restricciones en el consumo de agua en un futuro inmediato.

Este año en muchos de nuestros parques naturales de la Comunidad Valenciana y zonas adyacentes, se pueden observar rodales de pinos o incluso de carrascas, las cuales son menos exigentes en cuanto necesidad de precipitaciones y están adaptadas también a un ombroclima de tipo seco, que están secándose, además de cambios en la fenología de muchas especies: algunas están adelantando la floración y otras especies es probable que ni siquiera lleguen a florecer o a producir fruto. Son situaciones que en un contexto normal podrían darse en la época estival, pero la sequía acumulada hace que ya lo estemos viendo a inicios de la primavera.

Los ecotonos son áreas de transición entre ecosistemas diferentes, donde las especies y condiciones ambientales pueden ser únicas y diversas. Es la zona de transición entre dos o más biocenosis distintas. El estrés hídrico actual es un factor crucial en estos entornos, especialmente para nuestras especies botánicas que pueden encontrarse fuera de su rango climático habitual.

La humedad de la vegetación desempeña un papel vital en la ecología del fuego en los ecotonos, ya que puede influir en la frecuencia, intensidad y recurrencia de los incendios forestales.

Así, la interacción entre estos conceptos es fundamental para comprender la dinámica de estos ecosistemas de transición y su respuesta a los cambios ambientales actuales.

La sequía en la Comunidad Valenciana ha generado repercusiones significativas en múltiples sectores, los cuales sufrirán pérdidas cuantiosas debido a la escasez de agua. Los agricultores se ven obligados a una crisis e incertidumbre crónica y a diversificar sus cultivos para adaptarse a las circunstancias cambiantes. La Diputación de Castellón ha destinado un presupuesto de más de 40 millones de euros para la inversión en abastecimiento hídrico, pues la escasez en muchos pueblos está presente y otros tantos la sufriremos en esta próxima década.

Toda la ciudadanía estamos observando una tendencia alcista de las facturas del agua y en la industria cerámica, que sustenta económicamente la provincia de Castellón, los atomizadores ya empiezan a valorar diversas opciones para reducir el consumo de agua por peligrar el modelo de negocio.

La escasez de agua no solo se debe a la falta de lluvia, en un próximo artículo desarrollaré la idea.

Los modelos con los que trabaja Copernicus de la UE prevén que el calor sahariano llegue en momentos puntuales, incluso hasta Dinamarca y en la zona Mediterránea podría dejar los termómetros hasta diez grados por encima de las temperaturas propias del mes de abril. En otro artículo abordaré los fenómenos meteorológicos de El Niño y la Niña con las temperaturas del océano más altas jamás registradas y las dudas académicas sobre las consecuencias de las condiciones meteorológicas extremas y otras variables.

Debido a la tendencia al aumento de los incendios forestales y su gran impacto, se observa en cada gran incendio forestal (GIF) que falta modernizar la manera de luchar contra el fuego: mejorar el ser proactivos en vez de reactivos y la imperiosa necesidad de trabajar antes de los GIF (en labores tácticas preventivas), durante y después del fuego.

Se necesitan más conocimientos, y una continua actualización de los mismos, sensibilización a la población, además de unos óptimos entrenamientos, planificación y coordinación de la emergencia para hacer frente a los incendios forestales.

Esto implica un cambio de paradigma, tanto en la planificación de la preemergencia, como en la prevención a distintos niveles, entre ellos afianzar población en el campo, agricultura/ ganadería extensivas, proyectos neo rurales innovadores y sostenibles, brigadas de trabajos silvícolas de mitigación o la implementación científica y progresiva de fuego técnico en la gestión de algunas áreas, reduciendo combustible y creando así mosaicos de discontinuidad, zonas de oportunidad y posibilidad de líneas de control en caso de incendio.

En Bomberos Forestales de la Generalitat estamos escandalizados por el riesgo de incendios más allá de los típicos de la campaña de verano, ya que últimamente observamos que se desestacionalizan los mismos.

Tanto el DC (Drought Code), que es el modelo que predice cómo arden los combustibles situados en el estrato medio como el índice que indica los efectos acumulativos de la sequía, y el FWI (Fire Weather Index), que es el método de valoración de inicio de incendios forestales, ya nos dan tendencias alarmantes para la zona mediterránea.

Como apunte positivo, cabe reseñar que la Conselleria de Justicia e Interior destina 1 millón de euros para que los ayuntamientos elaboren o actualicen sus planes de emergencias en 2024, las ayudas pueden solicitarse hasta el 26 de abril, dada la gravedad del asunto, se prevé próximamente una rectificación presupuestaria en la SGISE para extinción, prevención y emergencias.

Por todos es sabido que la sequía agrava el peligro de GIF (Gran Incendio Forestal), lo vimos en Bejís o en Villanueva de Viver y estos días observamos el incendio de Tàrbena (Alicante), con 690 hectáreas calcinadas, 182 personas desalojadas.

La Conselleria ha tenido que pedir refuerzos a la Comunidad de Murcia, cuando aquí tenemos bomberos forestales de Generalitat con ganas de trabajar en sus casas.

Urge la creación del tercer turno, pero la gestión ineficiente de los recursos, recortes de más de 14 millones de euros y la falta de presupuesto del Consell para la SGISE, nos da una situación delicada porque tenemos un escenario de una inusitada potencialidad de incendios forestales durante todo el año. Cabe destacar también la obviedad de que el verano aún no ha empezado y el peligro de gran incendio está muy presente.

Hay otro fenómeno del que poco se habla fuera del gremio bomberil y que nos acecha cuál espada de Damocles en la próxima década: la simultaneidad o multi emergencia, con posibilidad de colapso del operativo por estar fuera de capacidad de extinción por falta de personal formado en el IVASPE (Instituto Valenciano Seguridad Pública y Emergencias), tener que lamentar hipotéticas pérdidas de vidas, accidentes, muchas hectáreas quemadas y escenarios funestos.

La sequía en nuestra zona no solo es un desafío local, sino también un reflejo de una crisis global pues cada vez sufrimos más periodos secos y más largos. Vemos que las sequías siempre han existido en nuestra zona, pero también confirmamos que cada vez ocurren con episodios más agudos y frecuentes, así como también un aumento de los fenómenos climatológicos extremos. Es por ello que urge la adopción de medidas de conservación del agua, la promoción de una conciencia ambiental y un cambio de paradigma en la reconstrucción de un modo de vida para un futuro más resiliente.

Donís Montesinos, Bombero forestal helitransportado de la Generalitat y estudiante de Psicología.