…una cosa es cometer errores por incapacidad o falta de recursos, que es grave y otra muy distinta y mucho más grave es cometerlos por perversa maldad e intereses espurios.
Finalizaba mi columna de opinión de la semana pasada de la siguiente manera;
“Y no quiero poner sobre la mesa, la posibilidad no confirmada, de que el Gobierno de España haya utilizado esta catástrofe humana para intentar hundir el Gobierno Valenciano, de signo político diferente”.
¡Me equivoqué!, sí que lo han transformado en una batalla política, para “recuperar” la Comunidad Valenciana.
Y mientras tanto siguen sin responder con la capacidad adecuada correspondiente a la tragedia sucedida y sus consecuencias.
Para intentar comprenderlo mejor acudimos a un terrorífico símil que circula estos días por las redes sociales.
“Íbamos el otro día por la carretera y nos encontramos con un ciclista que se había salido de la misma y al chocar con un árbol quedó inconsciente y sangrando fuertemente por la cabeza. El golpe y la hemorragia podían ser mortales. Pero nuestra mayor sorpresa fue que a su lado se encontraba, en pie y sin moverse, un médico. Le preguntamos porque no lo atendía y nos contestó, SI NECESITA AYUDA QUE ME LA PIDA. Y si él no puede pedirla que lo haga su padre o tutor. Como población civil que somos, con la mejor de las voluntades, nos abalanzamos sobre el herido para intentar cambiarlo de posición y aplicarle un torniquete, pero desgraciadamente no sirvió de nada porque no somos profesionales y no aplicamos la solución adecuada y realmente necesaria. Su viuda llegó tarde para PEDIR LA AYUDA QUE NECESITABA.”
Nadie puede discutir que se han cometido errores.
Pero una cosa es cometer errores por incapacidad o falta de recursos no previstos, que es grave y otra muy distinta y mucho más grave es cometerlos por perversa maldad e intereses espurios.
Gran error fue por parte del Presidente de la Generalitat, dejarse asesorar por los que no supieron valorar el alcance de la tragedia, ni reaccionar adecuadamente en ese momento.
Otro gran error que ya es calificable de irresponsabilidad, fue el de anular el Plan Hidrológico Nacional, que hubiera creado las infraestructuras necesarias para paliar en lo posible los efectos de estas lluvias torrenciales, “gota fría” o “Dana”.
Pero la increíble perversión, la gran maldad, la grave irresponsabilidad y yo diría que el delito, fue no poner desde el primer momento y de verdad, todos los recursos del Estado al servicio de los afectados por la riada del siglo,
“SI NECESITAN AYUDA, QUE LA PIDAN”.
Arranca ahora, sin consideración por personas, bienes o capacidad productiva y con claros intereses políticos, la maniobra de anulación del contrincante. Poniendo toda la “maquinaria” de la izquierda en marcha; redes sociales, medios de comunicación controlados y movilizaciones, organizadas por grupos violentos de extrema izquierda. La consigna es “Mazón dimisión” y “asesino”, ¿también tiene que cargar Carlos Mazón con los muertos de Castilla la Mancha? Importa poco la necesidad de solventar el problema de la riada. Lo importante es hundir al enemigo.
Llama poderosamente la atención que cuando las manifestaciones, que en todos los casos acaban de forma cruenta, son en contra del Gobierno de la Nación (de signo socialista), están promovidas por la extrema derecha y que cuando lo son en contra del Gobierno Autonómico (de centro derecha) están organizadas por el pueblo. Si acudimos a los medios de comunicación afines, la participación en las últimas manifestaciones, al margen de las personas de bien, afectadas y/o preocupadas, que están en todo su derecho, los “violentos” que se manifiestan en Madrid son extrema derecha, pero de los “violentos” que se manifiestan en Valencia no dicen que son extrema izquierda.
Desgraciadamente o por suerte, según se mire, vemos como la estructura, medios y organización del Ejército, tiene con diferencia mejores resultados que los recursos locales y autonómicos o la esforzada colaboración del voluntariado, que dicho sea de paso es motivo de orgullo y nunca se agradecerá bastante, pero por muchos que sean y por mucho que se esfuercen, sus medios son insuficientes para la magnitud del drama.
Tendrá que dar múltiples y clarificadoras explicaciones y si procede pedir perdón de la forma que por su responsabilidad política corresponda, pero de momento el único que está “al pie” de la desgracia, intentando resolver todos los problemas que surgen día a día en la tragedia de Valencia es Carlos Mazón.
Mientras tanto Pedro Sánchez “el fugitivo” (llamado así porque se dio a la fuga de “la quema”, en las tierras afectadas), sigue aprobando leyes para desmantelar la Democracia, sin asumirla responsabilidad y sentado cómodamente en su sillón del Comité de Crisis esperando que “LE PIDAN AYUDA” para darla.
Miguel Angel Mulet i Taló