Asistimos, unos impertérritos, otros impotentes, a la deriva que va tomando la política española y la sinrazón de aquellos encargados de realizarla pagados generosamente con nuestro dinero. Cada día tengo menos dudas de que el egocentrismo de nuestros políticos les ha llevado a sentirse, convencidos de su poder, por encima de la Ley. No hay...
Asistimos, unos impertérritos, otros impotentes, a la deriva que va tomando la política española y la sinrazón de aquellos encargados de realizarla pagados generosamente con nuestro dinero.
Cada día tengo menos dudas de que el egocentrismo de nuestros políticos les ha llevado a sentirse, convencidos de su poder, por encima de la Ley. No hay otra manera de explicar decisiones y prevaricaciones realizadas a diario por quienes debieran proteger nuestros intereses y por quienes debieran dar ejemplo a la hora de acatar las leyes.
La subida generalizada de los sueldos de los políticos en todas las instituciones es un insulto a la ciudadanía, un agravio para los “mileruristas” y un desprecio a sus votantes. Da asco ver como se aseguran su bienestar con nuestro dinero mientras contemplas las carencias que existen en nuestra sociedad, carencias que parecen no importar a los que supuestamente remuneramos para atajarlas.
Asistimos a la justificación de la violencia por parte, nada más y nada menos, del Ministro de Interior al que solo unos pocos han tenido la honradez de recriminarle su actitud.
El total consentimiento, por parte del Estado, a todas y cada una de las tropelías, ilegalidades, malversaciones y traiciones de los separatistas catalanes y sus instituciones parece que se ha convertido en costumbre y que el pueblo español, aleccionado por los medios adictos al “régimen”, vea con naturalidad delinquir a políticos pagados con nuestros impuestos mientras la fiscalía mira para otro lado y el Gobierno no es capaz de tomar la más mínima medida para combatir la alta traición.
En Andalucía, ahora parece que se han dado cuenta, se acusa, sin que nadie levante la voz, a una jueza de presuntamente retrasar las instrucciones sobre el fraude de los EREs para conseguir que los delitos prescriban y librar de multas, inhabilitaciones y cárcel a la “familia socialista andaluza”
Nuestro Presidente Ximo Puig “El infrafinanciado” infla el gasto corriente de la Generalitat llevándola a cifras de récord histórico de déficit y endeudamiento con el único fin, aparentemente, de colocar a sus más fieles colaboradores.
La alcaldesa, Amparo Marco, proyecta líneas de apoyo a autónomos y pymes. Creo que simplemente con que el ayuntamiento les dejara trabajar en paz sin ahogarles en impuestos, papeleos y horarios absurdos sería suficiente. La mayoría de los autónomos no piden ayudas, se conformarían con que las diferentes administraciones y el Ministerio de Hacienda dejara de perseguirles y sangrarles.
La incapacidad de nuestros políticos hace que sigamos sin Gobierno meses después de unas elecciones y con un Presupuesto prorrogado redactado por el PP y que ahora utiliza el PSOE como si fuera bueno, ver para creer. La falta de acuerdos y los bandazos políticos a la hora de buscar la gobernabilidad en algunas autonomías es una ofensa a sus votantes, al final sientes la sensación de que no sabes lo que has votado porque no sabes que han hecho con tu voto.
Pero no se preocupen, como todo funciona, como España va bien, sobre todo para algunos, las instituciones centran sus esfuerzos en la perspectiva de género, el lobby LGTBI, la participación ciudadana, la sostenibilidad y el medio ambiente que son los asuntos que más preocupan a los ciudadanos.
Sodoma y Gomorra jamás llegaron a estar tan “desmadradas” y dejadas de la mano de Dios como este país. No habría que llegar a calcinar a nuestra clase política como narra La Biblia que se hizo con las ciudades pecadoras, pero un poco de “vergüenza política” no vendría nada mal.