Su Sanchidad ha declarado el fin de las mascarillas

Su Sanchidad ha declarado el fin de las mascarillas

Cuando un malvado coge un camino, el camino se acaba pero el malvado sigue.

 

El pasado miércoles 5 de julio, nuestro querido y admirado Presidente, Pedro Sánchez, que Bendito y Alabado sea por siempre su nombre, en su gran benevolencia y magnanimidad, declaró la finalización de la situación de emergencia sanitaria ocasionada por la Covid – 19 y nos permitió que pudiésemos acceder a las farmacias y centros sanitarios liberados de la molestia del bozal.

Y digo, del bozal, porque la comunidad médica sabe, aunque maliciosamente se empeñen en convencernos de lo contrario, que el papel de las mascarillas impidiendo la transmisión de virus es prácticamente nulo y que sin embargo acarrea, en muchos casos, problemas a las personas obligadas a utilizarlas de continuo. Por lo tanto, la obligación de su uso indiscriminado obedece más bien a una imposición, a un sometimiento de la población, a su esclavización, y la utilización, porque sí, de un bozal, es una prueba de ello.

Así las cosas, no son pocos los juristas que defienden que la imposición de las mascarillas incumplió varios artículos de nuestra constitución, véanse artículos 10.1, 10.2, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 23, 24, 30.2 y 43 C.E.

Resulta, por otro lado, incomprensible la energía con la que la gran mayoría de policías y guardias civiles se han dedicado a sancionar a la población sin percatarse de éstas y otras ilegalidades durante los estados de alarma, que después, como era de esperar, fueron declarados ilegales e inconstitucionales.

Asombra, si uno se detiene a razonar un poquito, y sorprende sobremanera, que la comunidad médica no haya protestado por dicha imposición cuando ellos, los sanitarios, saben mejor que nadie que los virus son más pequeños que los poros de las mascarillas y, por lo tanto, salvo en contadas ocasiones su utilización es más perjudicial que beneficiosa tal como habíamos indicado. Claro está que colegios de médicos y de pediatras aparecen en diversas listas recibiendo cuantiosas donaciones de farmacéuticas varias, y su integridad está más que cuestionada a lo largo de la “pandemia” ya que se encuentran totalmente integrados en la malvada Agenda 2030, ( No tendrás nada y serás feliz”), y han de mostrar la debida obediencia a sus amos .“

Curiosamente, los sanitarios, que sabían que la mascarilla no impedía contagios y que no se revelaron en su momento por su imposición dictatorial, son los que han sido obligados, por obedientes y sumisos, a permanecer más tiempo sufriendo su utilización en sus jornadas laborales. ​

No me deja de sorprender que sean los sanitarios los que más han defendido las bondades de las mascarillas y de las vacunas experimentales cuando debían haber velado y luchado por proteger la salud y la vida de las personas con las que nuestro Presidente y otros dictadores autonómicos estaban jugando. En sus manos hay mucha sangre derramada, pero ese es tema de otra reflexión.

Ahora, por fin, como digo, nuestro querido Presidente ha tenido a bien retirarnos, de momento, la obligación de utilizar las mascarillas en hospitales. No obstante, ya se sabe que “cuando un malvado coge un camino, el camino se acaba pero el malvado sigue”, y así han resurgido entre los esclavos, personajes con conflictos de intereses, tales como directores de hospitales, malvados ellos y deseosos de hacer ver al Dictador que se ganan su porción; personajes que continúan, sin escrúpulos, obligando a los sanitarios a su cargo, a los trabajadores y a los pacientes a utilizar el bozal en las salas de urgencias como verdaderos déspotas que son.

Quiero, por lo tanto, animar a las personas que lean este artículo y que conozcan hospitales en los que se quiere obligar a seguir utilizando mascarilla a los sanitarios, trabajadores o enfermos en contra de la Ley, a que se pongan en contacto conmigo pues desde Policías por la Libertad estamos presentando, en el Juzgado, las correspondientes denuncias por coacciones a los responsables (art 172 CP).

No podemos olvidar que estamos en guerra contra la opresión de los gobernantes sometidos a la perversa Agenda 2030 y hemos de defender nuestros derechos y libertades, porque si no lo hacemos ya hemos perdido todo por lo que lucharon nuestros antepasados y, efectivamente en unos años, “no tendremos nada y seremos , dicen, felices”.

Ya es hora de recobrar la dignidad y el honor que siempre tuvimos como seres humanos libres; “honor y dignidad que perdimos al infectarnos de miedo y convertirnos en esclavos y siervos de la malvada Agenda 2030”.

Mateo
Presidente Asociación Policías por la Libertad
presidente@policiasporlalibertad.com​