Navarro advierte que la población del chorlitejo patinegro en las playas de Castellón ha disminuido un 30% en 7 años y una mayor presión antrópica complicaría su conservación
El concejal de Transición Ecológica de Castellón, Fernando Navarro, ha visitado acompañado por activistas del Grupo para el Estudio y la Conservación de los Espacios Naturales (GECEN) y con el Grup Au d’Ornitología el hábitat de nidificación del chorlitejo patinegro en la microrreserva de flora de la playa del Serradal, en la playa del Gurugú y en las proximidades del aeródromo para ver qué actuaciones municipales pueden favorecer ese hábitat y mejorar su conservación, puesto que los últimos informes de la Consellería de Transición Ecológica muestran una caída de la población del chorlitejo patinegro del 30% en 7 años, de 23 parejas censadas en 2013 a 16 en 2019.
«Estamos en época de nidificación del chorlitejo patinegro, que se ha visto atrasada por las fuertes lluvias en primavera, y hemos venido a visitar la microrreserva del Serradal para analizar con colectivos expertos las medidas que podemos llevar a cabo para ayudar a conservar su hábitat natural. En estos momentos de necesidad de reactivación económica, no podemos caer en errores del pasado, ni dejar de banda las necesidades de conservación de la biodiversidad para más adelante», explica el regidor de Transición Ecológica.
Los informes de Dirección General de Medio natural de la Generalitat muestran que la población del chorlitejo patinegro se ha reducido un 30% en 7 años de las playas de la ciudad. Esos informes ponen en valor la protección del ecosistema en la playa del Serradal, donde se ha estabilizado la población, pero continúan pidiendo disminuir la presión antrópica en el resto del hábitat, puesto que las tareas de limpieza con maquinaria pesada o la presencia de animales domésticos libres perjudica a la nidificación de la vereda.
«El chorlitejo patinegro es un bioindicador muy preciso. Si desaparece de las playas es señal que estamos destruyendo el ecosistema. Necesitamos aumentar su protección porque significará que estamos cuidando el valor natural de nuestras playas. Aumentar la hipoteca ambiental buscando la recuperación económica nos lastrará más a largo plazo», añade Navarro.