Tres inmensas Medallas de Oro

Tres inmensas Medallas de Oro

Castellón hace justicia con la Muy Ilustre Cofradía de la Purísima Sangre, Sociedad Filarmónica y al recordado Pepín Marco, maestro en el arte gaiater.

 

El salón de plenos del vetusto y toscano Palacio Municipal se vestirá con sus mejores galas para la entrega del título de Hijo Predilecto y de las Medallas de Oro de la Ciudad, en el marco de las celebraciones del 8 de septiembre. No voy a hablar del primero, un nombramiento del que no estoy de acuerdo y ni me gusta ni me interesa el personaje. Sí voy a describir la relevancia e importancia de las dos instituciones y la persona a título póstumo que recibirán las preseas.

Medalla de Oro de la Ciudad para la Muy Ilustre Cofradía de la Purísima Sangre de Jesús, una reliquia de la historia y de la fe, y que este año cumple el 475 aniversario de su fundación. ‘Sede matris’ de la Semana Santa castellonense, con un patrimonio histórico y artístico de tal magnitud, posiblemente el de mayor valor en la devoción popular castellonense, que trasciende lo puramente religioso para entrar en el arte y la monumentalidad. Con sus imágenes de veneración (Virgen de la Soledad, Nuestro Señor en el Huerto, Virgen del Amor Hermoso, el Resucitado, la Dolorosa de Adsuara y, sobre todo, el ‘Sant Sepulcre’), con sus antiguos protocolos y símbolos (como ‘elsxiquets de banderola’), y su presencia incontestable en los días pasionistas desde tiempo inmemorial y fundamento esencial en la declaración de la Semana Santa de Castellón como Fiesta de Interés Turístico Provincia.

Medalla de Oro de la Ciudad para la Sociedad Filarmónica de Castellón con motivo de su centenario. Baluarte y tesón de la buena música, de la música de alta gama y de la cultura superlativa, su fundación fue uno más de los brillantes momentos que vivió Castellón en el primer cuarto del siglo XX, en la que fue ‘ciudad de los prodigios’. Con su ciclo de conciertos que ha traído a Castellón a las mejores orquestas, solistas y batutas del mundo. Con la evocación de aquellos conciertos en el silencioso paraninfo del Instituto Francisco Ribalta y en el Teatro Principal, por no hablar del flamante Auditori, continente ex profeso para las más sublimes partituras.

Medalla de Oro de la Ciudad a título póstumo para Pepín Marco. Bombero, artista gaiater, creador de sueños de luz, artesano de carrozas, generoso, trabajador infatigable, entregado a la fiesta magdalenera. Todo un dechado de virtudes y de compromiso a su Castelló y cuyo fallecimiento, en pleno sábado del Pregó, llenó de dolor y consternación al mundo de la fiesta.

Tres imensas Medallas de Oro. A dos entidades y a una persona a título póstumo que hacen ciudad, que hacen crecer a la ciudad. Que hablan de cultura, señas de identidad de un pueblo y proyección de futuro. Es Castellón. No Toledo.

Vicente Cornelles Castelló
Escritor y periodista