TAMPM ha hecho un llamado urgente para contar con más recursos humanos, técnicos y sanitarios y hacer frente a este tipo de agresiones.
En un preocupante incidente registrado este pasado martes, 12 de diciembre, en la prisión provincial de Las Palmas de Gran Canaria, Salto del Negro, un interno agredió físicamente a un funcionario. El agresor, un hombre con un historial de reincidencia y múltiples informes previos de inadaptación, había generado incidentes graves anteriormente, incluyendo insultos sexistas y amenazas físicas dirigidas a varias funcionarias.
Este lamentable episodio refleja la necesidad de abordar de manera urgente y eficaz las cuestiones de seguridad en el sistema penitenciario, así como de implementar medidas que protejan la integridad de los funcionarios que desempeñan sus funciones en entornos de alta tensión.
La reincidencia y los incidentes previos de este agresor resaltan la importancia de una evaluación exhaustiva de los antecedentes y la implementación de medidas preventivas para salvaguardar la seguridad de los trabajadores penitenciarios.
El ataque tuvo lugar en el módulo de respeto, un sector de la prisión con un régimen de vida menos restrictivo en comparación con otros sectores del centro penitenciario. El interno, muy alterado, se dirigió de manera agresiva hacia la auxiliar de enfermería que realizaba sus funciones en ese momento.
En respuesta a la situación, el funcionario encargado de supervisar la estancia del interno se aproximó a él en un intento de calmar la situación ya que, el agresor utilizó improperios, vejaciones y gestos obscenos hacia la sanitaria. Sin embargo, el individuo responsable de los hechos reaccionó de manera violenta, lanzándose sobre el trabajador y agrediéndolo.
El agresor sujetó al funcionario por el cuello, lo que resultó en la caída de la víctima hacia atrás.
En el momento de la caída, el afectado golpeó su cabeza contra una esquina de la pared, quedando inconsciente durante varios segundos. Esta secuencia de eventos revela la gravedad de la agresión y el peligro inherente a la situación. La actuación violenta del agresor, que incluyó agarrar al funcionario del cuello, no solo resultó en lesiones físicas inmediatas, sino que también condujo a la pérdida momentánea de conciencia de la víctima.
Este incidente subraya la urgente necesidad de abordar la seguridad en el entorno penitenciario y de implementar medidas preventivas efectivas para salvaguardar la integridad de los trabajadores encargados de mantener el orden en este contexto de alta tensión. La atención inmediata a este tipo de situaciones es esencial para garantizar un ambiente seguro y proteger a quienes desempeñan funciones cruciales en el sistema penitenciario.
El agresor pudo ser reducido, y posteriormente fue aislado en el departamento de régimen cerrado.
El funcionario, aún afectado por la conmoción cerebral resultante del incidente, fue trasladado de inmediato a un centro de salud para recibir atención y evaluación de urgencia. En dicho centro, se le realizaron pruebas neurológicas y radiológicas en diversas partes del cuerpo afectadas, con el objetivo de determinar la extensión de las lesiones y garantizar una atención médica adecuada.
Desde la Asociación Profesional de Trabajadores Penitenciarios (TAMPM), se ha hecho un llamado urgente a la necesidad de contar con más recursos humanos, técnicos y sanitarios para hacer frente a este tipo de agresiones. La demanda de mayores medidas de seguridad y recursos se destaca como una prioridad para garantizar la integridad física y psicológica de los trabajadores penitenciarios que enfrentan situaciones de riesgo y violencia en el ejercicio de sus funciones.