Un paso atrás

Un paso atrás

Nadie se ha opuesto a reducir otra vez la Ofrenda de Flores a la jornada de la tarde del último sábado de fiestas en una especie de ‘omertà' festera en la que todos han guardado silencio.

 

La Junta de Festes de Castellón ha decidido que la Ofrenda de Flores a la Mare de Déu del Lledó, que se celebra el último sábado de festejos, vuelva a ser solamente un acto vespertino, rompiendo la tónica habitual de los últimos años cuando en el 2016 se cambió a dos convocatorias, una por la mañana, y otra por la tarde.

Un cambio informado a los diversos entes y colectivos festeros, aunque públicamente no se ha dado ninguna argumentación ni motivo por el cual se ha tomado esta determinación, en una especie de ‘omertà’ festera en la que todos han guardado silencio.

Nadie se ha opuesto a una permuta en un acto que había ganado en brillantez, fluidez y equilibrio. A diferencia de Valencia, donde en la Ofrenda de Flores a la Mare de Déu dels Desamparats solo participan comisiones falleras y casas regionales, en Castellón este acto que marca el inicio de la recta final de la semana grande, está abierto no solamente a las comisiones de sector, sino también a las collas, colegios, cofradías, asociaciones de vecinos y entidades sociales.

De esta forma, la mañana estaba dedicada a estas instituciones, mientras que la tarde era ocupada por las gaiatas y entes vinculados y que conforman la estructura oficial de la fiesta, así como ex reinas de las fiestas y reinas de diversas poblacionales invitadas por el Ayuntamiento, formando un cortejo de elegancia y protocolo, muy parecido al que se organiza en Valencia en esta celebración, ganando el desfile en prestancia y clasicismo, con el sabor de las antiguas fiestas magdaleneras.

Con el nuevo sistema, que reduce solamente a la tarde el desarrollo del acto, las comisiones de sector, las grandes protagonistas de los festejos magdaleneros, quedarán otra vez opacadas -son muchas las veces que les ocurre eso- entre colegios, cofradías, collas y asociaciones de vecinos, por no hablar de que la reina de las fiestas y su corte de honor pueden llegar a la basílica pasadas las 22.00 horas de la noche, a no ser que desde la Junta de Festes se recomiende la celeridad en el discurrir de la Ofrenda, porque, y así se decía en una parodia que se representó en el Palau de la Festa, “la Ofrena no frena”.

Un paso atrás en la evolución y desarrollo de nuestras fiestas fundacionales, cuando nos creemos que son las mejores fiestas del mundo. Tenemos que dejarnos de pequeñeces y apostar por los cambios en las fiestas que, en el caso de la Ofrenda de Flores con sus convocatorias (por la mañana y la tarde del sábado) habían dado un excelente resultado. No volem límits estrets d’ambicions massa modestes.

Vicente Cornelles
Escritor y periodista