Publicado por j Arias Borque en Libertad Digital 19/08/2021
Se están encargando de localizar a los que han conseguido llegar a la capital afgana. Les facilitan los datos necesarios para poder ser evacuados.
La situación en Kabul, la capital de Afganistán, se acerca al caos. Media ciudad está desde hace días bajo el control de los talibanes, que no han tomado todavía el mando completo sobre la urbe porque quedan demasiados occidentales en sus calles. Eso sí, sus check point o controles aumentan cada día que pasa. Sus pocos los barrios que no han visto deambular por sus calles a los barbudos del turbante en las últimas horas.
El propio aeropuerto de Kabul, que está controlado por militares estadounidenses, ha visto en estos dos últimos días cómo los talibanes empiezan a campar a sus anchas por el exterior y a poner controles en las cercanías para identificar a todos aquellos que van al aeródromo. Saben que casi todos los que van hacia allí o bien han colaborado con las tropas internacionales y, por tanto, son traidores, o bien son contrarios a su causa.
En esas difíciles condiciones es en las que los principales países occidentales están tratando de evacuar tanto a sus ciudadanos como a los traductores y colaboradores locales que trabajaron para ellos. Con los primeros es mucho más fácil, pues los talibanes no tienen ningún interés en los ciudadanos occidentales. Con los segundo está siendo mucho más difícil, pues los talibanes siempre han tenido entre sus objetivos a estos traductores y colaboradores.
Tras el primer vuelo de evacuación de Kabul, cuyo pasaje ha llegado este jueves a Madrid, sólo han quedado en Kabul lo que el Gobierno califica como el equipo mínimo, que está encabeza por el embajador de España en Afganistán, Gabriel Ferrán Carrión, que no abandonará el país hasta el último avión. Un diplomático que fue terminó su servicio en el país a principios de agosto y estaba en la zona a la espera de que se designara a su sustituto.
Junto a él, como no podía ser de otra forma, se ha quedado también el equipo de GEOS (Grupo Especial de Operaciones) de la Policía Nacional, conformado por una quincena de efectivos, que eran los encargados de dar seguridad a la delegación diplomática, y que en las últimas horas están jugando un papel fundamental para tratar de que la operación de evacuación de los traductores afganos y sus familias se pueda realizar con éxito.
Fuentes policiales han explicado este jueves que están siendo estos agentes los que se están encargando de contactar por teléfono con los trabajadores locales para comprobar si han podido llegar junto a sus familias hasta la ciudad de Kabul. Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de ellos provienen de Badghis y Herat, provincias situados a más de 800 kilómetros de distancia.
«Una vez que ha confirmado que los traductores y sus familias están en la ciudad, se les está facilitando una hora y un punto de recogida seguro dentro de los complicado y caótico que está Kabul. En ese punto y a esa hora se les recoge en varios vehículos y se les lleva directamente al aeropuerto para ser entregados al grupo militares españoles que proporciona seguridad a los A400M», han explicado las mismas fuentes.
«Ese es el procedimiento que se utilizó ayer –por este jueves- para evacuar al primer grupo y ese es el procedimiento que se va a seguir en los próximos días. No lo estamos usando solo nosotros, de momento es el procedimiento que están usando la mayoría de los países europeos», han añadido las fuentes policiales.
A diferencia de España, donde las cuentas oficiales en redes sociales de la Policía Nacional no han hecho ni una sola mención en los últimos días al trabajo que están realizando sus agentes en Afganistán, por las restricciones que marca el Palacio de La Moncloa, otros países sí están permitiendo que se dé a conocer este trabajo. Por ejemplo, la Policía francesa ha mostrado en las últimas horas varias fotos de los efectivos del RAID –el equivalente a los GEOS- en el aeródromo afgano.