No, no es el título de una canción, ni de un anuncio de publicidad, ni el adelanto de lo que me espera, aunque bien podría serlo todo.
Por un momento me he visto a mi misma en una estación de tren, en un aeropuerto, a las puertas de un hotel, en un atasco en la carretera… (hasta aquí no muy diferente a lo que hace la mayoría en vacaciones), y me ha dado por recordar lo que hago en esos tiempos muertos de espera. ¿Y qué es lo que hago? Dejo vagar la mente, sin más. Imagino las vidas que llevarán las personas que viajan, invento sus historias, sus rutinas.
Esa pareja joven, con cara de hastío, con dos niños, por ejemplo, podrían pasar por una familia tradicional ansiosa de pasar unos días juntos alejados de su ciudad; pero no, la “película” que yo veo de ellos es que van a casa de los abuelos, a dejar a los retoños, a “soltarlos” allí, que den la tabarra a los padres o suegros; que de eso, de tabarra, han tenido ya bastante los progenitores durante todo el año escolar. Estos, ya en casa de los abuelos, no se quedan más que lo justo y necesario para salir pitando, esta vez sí, a pasar ellos, juntos, unos días fuera y lejos de todo y todos (y todas). Bien equipados con la ropa deportiva de una conocida tienda, para aparentar lo guai que es practicar todos los deportes, todos, toditos.
Luego tenemos ese grupo de edad madura, locos por salir tras dos años de pandemia, a hoteles con bufets y comidas pantagruélicas, en los que comen más de lo que el azúcar, la sal, el colesterol y el médico les permite, pero como es gratis… Ah, pero tampoco es esa la realidad; la realidad “paralela” que yo les invento es que no son un grupo, no se conocen de nada, simplemente han coincidido en momento y lugar con otros como ellos; huyen, se van, se largan, se piran, porque no quieren estar con los nietos que, sí o sí, les van a dejar sus hijos, los de la familia tradicional de antes.
Es muy entretenido. Recomiendo este ejercicio; además de matar el rato, desarrolla la imaginación y no hace mal a nadie. Pero, ¿qué imaginarían de mi si se supieran observados? Veamos, se me ocurre (ahora echo mano de mi imaginación, nuevamente): desde que soy una directora de cine buscando tramas para mis películas, una afamada escritora buscando ideas para su siguiente bestseller, un personaje famoso en busca de anonimato… Suelo pasar bastante desapercibida, así que lo más lógico sería pensar que no se han fijado en que me fijo, que solo soy una más en viajar para simplemente descansar o conocer mundo, como los de la familia tradicional o moderna, como los abuelos en busca de su paraíso de excesos.
En realidad es así de sencillo.
Elena Rodríguez
Docente discente