¡Vaya semanita!

¡Vaya semanita!

No es de mi estilo alegrarme del mal ajeno pero cuando nos enfrentamos al sectarismo que se impone desde el pensamiento único la verdad es que uno no puede reprimir la alegría de que a aquellos que intentan por todos los medios amargar la vida a los demás se lleven algún chasco de vez en...

No es de mi estilo alegrarme del mal ajeno pero cuando nos enfrentamos al sectarismo que se impone desde el pensamiento único la verdad es que uno no puede reprimir la alegría de que a aquellos que intentan por todos los medios amargar la vida a los demás se lleven algún chasco de vez en cuando.

Seguramente que quedará en eso, solamente en un chasco, porque la supremacía moral que la izquierda se ha autoatribuido les permitirá saltarse las leyes, las resoluciones judiciales y todo aquello que se ponga por medio en su hoja de ruta de la imposición, la división y el sectarismo.

Comenzó la semana con la “prudencia” en aplazar el derribo de la Cruz de Ribalta que tanto les molesta, no sé si por Cruz o por supuestamente franquista, siguió el plante de VOX, con el que al parecer no contaban, a sus manipulaciones electorales y a la reedición de las subvenciones en Andalucía a los colectivos comprados para el voto, tremendo disgusto cuando el Tribunal Supremo anunció que, de momento, los restos de Franco se quedan el Valle de los Caídos.

Ayer uno tenía que “hacerse de cruces” escuchando como nuestro gobierno, en el mayor de los ridículos que se pueden conseguir, instaba al Banco de España a pedir perdón por sus críticas a la subida del salario base olvidando la total independencia del banco del Poder Ejecutivo y que los datos del paro son de junio, muy propensos al alza por el turismo, esperen señores ministros a diciembre para ver el resultado de su populista medida. Por cierto, sobre el bajón de los contratos indefinidos mutismo total de PSOE y sindicatos, ahora no conviene.

Y la guinda la puso la Fiscalía cuando dejó meridianamente demostrado que lo sucedido en Cataluña fue un golpe de Estado en toda regla y un delito de rebelión, con utilización de violencia incluida, liderado por Junqueras.

Un golpe contra España. Digo esto porque el sectarismo catalán y vasco ya ha llegado, copiado y mejorado, a nuestra tierra. Lo demuestra una nota de prensa de la Concejalía de Cultura de nuestro Ayuntamiento que he podido leer, donde, al más puro estilo ETB y TV3, se sustituye la palabra España, que tanto odian, por la de Estado para referirse a este bendito país donde sigo sin entender que permanezcan con lo mal que les trata.

La nota en cuestión relataba la invitación a nuestra Banda de Música para participar en el Festival Internacional de Bandas de Pamplona.