Viépajué (10)

Viépajué (10)

Con la venia: Si la cosa no se tuerce, la semana que viene dispondré de una tableta en funciones. Bendita primavera, que hace florecer teclados y pantallas.

 

V.
Sopla poniente: casa y cama están frías, y la calle caliente. Se desabrigan los ciudadanos que no usan recuerdos, ni refranes, ni avisadas costumbres. Sus resfriados van a durar hasta septiembre.

S.

Soy viejo tabernario y no piso los pafetos, que me aburren por lo pretenciosos. Pero me dan una cita ineludible y asisto a un conocido antro, malgré muá. No sale positiva la reunión, pero las copas son buenas, y me entero de algo que ignoraba; el trabajo del Diyéi. Resulta que es el Pincha de toda la vida; encumbrao, y moderno, y tal, pero lo mismo.
Seguro que hay escala de calidadades, pero en resumen, el Diyéi trata de ponerles a los cincuenteros unas musiquillas que les ayuden creer, por un rato, que tienen veintitrés abriles. Imagino que a los veinteañeros les surtirán lo último de los cuarenta minerales reguerratoneros, para hacerles sentir que son Lomás de Lomás.

Con el esfínter anal contracto y contrito aguanto como puedo el ventarrazo, de camino a mi piltra. Chispea una molesta y fría agüilla. Desde los balcones llueven cosas mil. Menos mal que estoy doctorado en esquiva.
Tienen su peligro estas Nortás, que se fragmentan contra los edificios y se arremolinan, formando un Turbión donde menos lo esperas.
Hace unos pocos años, desde el Sportium, en Cardona Vives, vimos romperse por la base una hermosa palmera, a causa de una destas turbonadas. Cayó el tronco y su jopo junto a las Inmarcesibles Ruinas de una Invicta Muralla. Quizás por esta vecindad, no deseada, desaparecieron los restos vegetales en un decir amén.

D.
Domingo de Ramos. En este que hoy vivimos palmas solo he visto dos, y ramos ninguno. Pero tremendos montones de hojas, pinocha, papeles ecológicos, bolsas de plástico reciclado, ropa de tendedero, etcétera, me harté de junar y sortear esta mañana. Mis condolencias al equipo de limpieza que esté de turno.

No le tengo simpatía a esta fiesta. Cuando era niño se imponía estrenar vestimenta tal día como hoy. Para no ser de menos, todos salíamos emperejilaos y repeinaos, con las ropitas que nos suministraban.
En la terraza del Hotel Victoria, o en la del Santos, o en el Dunia, oí muchos crueles y miserables comentarios sobre los Pingos de Los Otros. Jamás escuché a nadie reconocer el propio remiendo, la vuelta dada a la chaqueta, las herencias de los hermanos mayores, los dobladillos mal embastados, la pobreza empercudida que nos habitaba.
Intuía yo que aquella picadora verbal me pillaría mas pronto o mas tarde, y en mi nocencia me encomendaba a la Virgen de los Peligros, que está encimica del puente, que sabe que te camelo con fatiguicas de muerte.

L.
En los medios se trompetea que ha bajado la inflación a un Trescomaypico.
Por tanto, que lo que tú me vendías a 30 hace una semana, me lo pongas a 40 ayer mismo, y hoy digas que ya vale 52, no es ni inflación ni leches. Es que eres un carroñero, y tienes un rostro cementício. A ver si te inflas tanto que revientas.

M.
María Isabel le impusieron en la pila. Belita la llamaron de niña. Creció, y fue una joven Maribel. Cuando nos conocimos quería ser llamada Isa. Por su dibujo precioso la llamé MarieBelle. Por su errática conducta la apodaron Mariveleta.
Cuando veo una lunaza como la de hoy le deseo buen viento y mejor puerto, allá donde esté.

X.
Los humanos hemos construido dioses, a nuestra imagen y semejanza, desde antes de perder el rabo. Y nos salieron tan bien, tan parecidos a nosotros, que fueron débiles y crueles, disfrazados de justicieros imprescindibles.
Eran un bluff, igual que sus autores. Pero se sigue la costumbre, y ya está aquí otro Santo Advenimiento. Entró en fase de vida pública otro diosecillo/panacea; la joía Inteligencia Artificial.
Informes, no solicitados, de expertos predictores redesconocidos, aseguran que será la revolución social más güays, y nos llevará de la manita a un fúlgido futuro. Algo así como aquel proyecto ilusionante llamado Televisión, que iba a educar a las masas, y a poner la cultura al alcance de todos.
Ya nos valdrá madres si llega la IA para una ayudita puntual a nuestros curros, según el protocolo que se reglamente en su día, previa encuesta cocinada y pacto a morroprieto. El grueso de su desempeño será la vieja fórmula de panem et circenses, a saber; sexo vicario, droga cuché, y rocanrol desestructurado multichupi.
Me temo que otra vez más, aceptaremos que nos vendan otra falsa necesidad más. E incluso es posible que disfrutemos pagandola cara, para estar en la onda y no formar ya en las filas del batallón de los torpes.

J.
Siempre hay un imbécil con mando, de bajo rango, que al señalarle un evidente e insalvable escollo, que invalida su plan de solución del problema que nos ocupa, encampana la voz y asegura que nada-tiene-porqué-salir-mal.
A continuación seguimos el su plan, chocamos con el escollo antedicho, se jode el invento, y llueven heces de cacatúa. Ya lo decía la Marilyn: siempre que pasa igual, sucede lo mismo.

B.S.R.
Del Bach, escuchad hasta donde os llegue de Esa  Maravillosa Cole. El Clavecín bien temperado se llama.

Manolodíaz.