Viépajué (16)

Viépajué (16)

Con la venia: Jarrean estos goterones de mármol que llaman Campaña. Tilojoro; jartito me traen.

 

V.

    Está claro que a tí el Partido no te paga un Asesor de Imagen. Así que cuando te entrajetas para la presentación, el mitin, o el evento, se te ve muchicorbatudo y sobrechaquetoso porque costumbre no tienes, y percha tampoco. No vas guapo rutilante para tu encuentro con las masas; te quedas en bolundro maltrazao.
    La cosa empeora cuando, aparcando  el trajecico de Belén y la corbatica nazarena, te calzas los liváis y la blanca camisita para ofrecer una imagen de frescura juvenil. Cuando tal haces, tus desafinados gestos de colegueo apestan hasta en el gallinero del polideportivo.
    Pero no te aflijas, que por contraste contigo luce mucho mejor el Cabezón de La Lista. Para eso se te convoca, por si no lo habías notado. Sigue aplaudiendo y haciendo bulto hasta que te llegue tu momento, que eres una firme promesa tú.
S.
    Por responder a las muchas, y cariñosas, preguntas sobre el estado de nuestra Madre, conocida en el siglo como La Cente, con gusto os informo de sus progresos.
    Primus: en competición con una tal A. Nemia, ha ganado el campeonato personal de pulso y púa. En mes y medio. Record
universal el suyo.
    Secundum: venció en reñidísima partida el desafío de Aguante a Pulmón Libre, contra cierta Membra Ana Ser Osa, la cual anda pleurando su derrota por los rincones.
    Tertius: el resultado de su reciente analítica, nos ha puesto a todos sus deudos de un color Amarillito Envidia, que no se disimula ni aplicándonos una capa de Kanfort marrón.
    En resumen: tiene intenciones de vivirse otro siglo, a pesar de todos los cuidados que le prodigamos.
    Los sus tres hijos agradecemos vuestro interés por la salud de la Cente. Y os rogamos que nos tengáis presentes en vuestras preces.
D.
    Escocido estás porque te llamé imbécil el martes de la semana pasada. Te encampanas, y me dices que si te insulto pierdo la razón. Pues no, zurullo, lo que pierdo es la paciencia con tu jodía perorata, anclada en los tiempos en que los puteros os creíais maravillosos porque los propineros os aplaudían. Tambien te me engorilas, ya que no dí solución legal alguna para el caso de que te trinquen en tus ejercicios de puteracción.
    Chamirachá, quíncás… pues sin ser yo letrado, se me ocurre una vía de defensa, y te la voy a explicar, para que no te quejes tanto. Así que tate a la güay, y léetela cincuenta y dos veces. A ver si logras entenderla.
    Lo primero que necesitas es pagarle a un quídam, para que jure ante el Señoría que cuando llegas al burdel, muges la presunción de tu escroto rebosante, abrevas dos copas, te estabulas, se te exonera de tus fluidos, y te vas -con bovino compás- camino de tu prado. Esta declaración, y en estos términos, dejará establecido tu comportamiento.
    En segundo lugar dile a tu defensor que, en correlación con el testimonio, solicite la retirada del cargo puteresco y la aplicación a tu caso del espíritu, y los beneficios, de la ley 07/2023 llamada de Bienestar Animal, porque animalesca ha sido tu conducta.
    Cuando el Juez muestre su sorpresa ante tal petición, para hacerlo entrar al trapo y remachar el clavo de la linea argumental, tu abogado mantendrá que en realidad no fuiste al burdel a practicar sexo, -que deso tú no sabes- sino a ser ordeñado, porque de acuerdo con el testimonio tu eres una vaca. Como pilles de buenas al Señoría, sales absuelto y con una subvención para comprar pienso descompuesto.
    Ayudará mucho que al ser preguntado, empieces todas tus respuestas por la sílaba «mu» bien alargada. Por ejemplo: muuu güenos días, muuu bien, muuuchas gracias.
    De nada.
L.
    Que no, cacho cabrito, que no es por la inflación, ni por la guerra en Ucrania, ni el cigüeñal que te trujo. No nos mientas las razones pa’palparnos los…
    Si en tu minisupermercado de franquicia osuna, la bandeja de tres cogollos de Tudela valia un euro, y ahora está a uno con veinticinco, es únicamente por tus santas e inflacionarias pelotas.
    En resumen; con tus cogollitos, y en nuestros bolsillos, nos perpetras aquel olvidable pareado: En Tudela, llegál y metéla.
    Pero mira; hemos encontrado el mismo producto, en otro super a dos calles de tu usurería, por noventa y cinco céntimos. Avisado quedas.
M.
     Los reporteros gráficos andan sudadicos estos días; correteando sin descanso, malcomiendose, preorinandose, aguantando Hefeh’eprénzah de toda laya, y soportando una larga lista de incomodidades.
    Todo lo sufren para inmortalizar, brevemente, a incontables candidatos que en actitud de éxtasis, alzan los brazos, miran al ilusorio horizonte, y sonrien de perfil, malcopiando aquel postureo del cartelismo soviético militante, que entonces daba risa y ahora pena.
     Propongo que, cada uno de los medios de prensa dedique la próxima portada dominical a visibilizar su equipo de fotógrafos, en homenaje a estos heróicos y siempre malpagados trabajadores. Así lo pido por entenderlo de justicia.
X.
    He notado que cuando sucede algún desastre te apresuras a aparecer, posar, prometer, posar, reprometer, y posar. Y luego te mutas en sueco perfecto; lo que se llama hacer un Esfúmensen.
    A propósito desta conducta tuya quiero dejarte aquí una advertencia. Si para mi mal me caen encima tres meteoritos, dos rayos, y un cuñado nauseabundo, ya te digo que no te me acerques. No mostrarás tu interés y compasion posando tú de frente y yo de medio perfil pixelado.
    Excepcionalmente te autorizo a  visitarme en el lecho del dolor, si traes en mano un sustancioso talon a fondo perdido y con los impuestos pagados.
    Quede claro que sin cheque para mí, no habrá foto conmigo para tí.
J.
    No es que yo sea un caso extremo de celosa defensa de mi privacidad, como aseguras, con sonrisilla sarnosa, al constatar que no me dejo contactar. Es bastante más sencillo pero, usando tu mismo nivel de palabreo te diré que se trata, simplemente, del rotundo rechazo de mi esfínter anal a una penetración no lubricada, ni mucho menos deseada.
    Es por ello que mi celular y yo nos mantenemos estos días en modo avión. Planeamos ambos, a motor parado, esquivar tu esmegmorrea proselitista de Campaña. Y, salpicaduras aparte, lo vamos conseguiendo.
    Pelmazo.
    Cursi.
B.S.R.
    Do It Again parece un comentario musical adecuado para estos tiempos.  Eso si; en la elegante versión de Steely Dan.
Manolodíaz.