Diecisiete pasos de diversas hermandades y cofradías de Semana Santa recorrieron el trayecto que partió y culminó en la iglesia arciprestal de Sant Jaume.
Anoche, en la localidad de Vila-real (Castellón), se vivió una vez más la emotiva celebración del Santo Entierro. Este evento litúrgico, profundamente arraigado en la tradición católica, fue uno de los momentos más destacados de la Semana Santa 2024, convocando a fieles y visitantes para presenciar un emotivo y significativo acto de fe.
Las hermandades y cofradías, con sus característicos hábitos y estandartes, se reunieron, listas para participar en la procesión que daría vida a esta conmemoración. El ambiente se impregnó de recogimiento, mientras los vecinos se preparaban para acompañar a las imágenes religiosas que representan la Pasión y Muerte de Jesucristo.
El silencio se apoderó de los presentes, solo interrumpido por el sonido de los tambores que marcaban el paso de la procesión. Fue un momento de reflexión y contemplación, donde los fieles revivieron los últimos momentos de la vida de Jesús y acompañaron simbólicamente su sufrimiento y sacrificio.
El cortejo avanzó lentamente por las calles principales de Vila-real, con el Cristo Yacente.
Entre los momentos más emotivos del Santo Entierro se encontraba la procesión del Santo Sepulcro, una réplica del sepulcro de Cristo adornado con flores y símbolos de luto. Este fue llevado en hombros por un grupo selecto de cofrades, escoltado por figuras que representaban a la Virgen María y los santos, en un desfile que conmovió a todos los presentes.
La procesión culminó con la llegada a la iglesia arciprestal de Vila-real, donde se realizó la ceremonia de sepultura simbólica de Cristo.
A través de esta celebración, se transmiten de generación en generación valores de solidaridad, compasión y esperanza, que fortalecen el tejido social y espiritual de la ciudad.
El Santo Entierro de Vila-real es mucho más que una procesión religiosa; es un símbolo de identidad y tradición, que une a los vecinos y vecinas en torno a su fe y sus creencias más profundas. Diecisiete pasos de diversas hermandades y cofradías de Semana Santa recorrieron el trayecto que partió y culminó en la iglesia arciprestal de Sant Jaume.