La creación de un carril bici ha trastocado la vida de vecinos y negocios de la calle
La primera consecuencia que padecen los vecinos es la reducción de plazas de aparcamiento utilizadas por los propietarios de viviendas construidas antes de los años 70. Ya es imposible aparcar y los vecinos catalogan de auténtica aventura sacar el coche del garaje ya que para poder ver si viene algún vehículo debes sacar a la calzada la mitad del tuyo.
La creación de la doble vía en la Carretera de l’Alcora ya redujo el número de plazas de aparcamiento y ahora los vecinos, hosteleros y comerciantes sobre todo, se quejan del descenso de las ventas ante la imposibilidad de sus clientes de aparcar en el Camino Viejo de l’Alcora que se había convertido en la única alternativa.
El acceso al Colegio Jaime I y a las fincas de la parte baja de la calle se ha complicado obligando a los conductores a realizar recorridos absurdos.
Un vecino apuntaba a Luciano Ferrer, concejal de VOX, la reducción de la seguridad ciudadana:”Desde que la calle se ha quedado sin tráfico por aquí no pasa nadie, por la noche da hasta miedo”