Vuelven las perseidas con la última superluna del año 2022

Vuelven las perseidas con la última superluna del año 2022

A lo largo de la noche del doce al trece de agosto se generará el pico de máxima actividad de las estrellas fugaces.

 

Va a ser preciso aguardar un año, hasta agosto de dos mil veintitrés a fin de que la Luna vuelva a adquirir un tamaño tan grande en el cielo nocturno. Llega el turno de las perseidas, la lluvia de estrellas más conocida del año que va a coincidir con la superluna del esturión, tal como asevera Natacha Payà, especialista de Meteored.

Análisis de Natacha Payà, especialista de Meteored 

Los humanos han tenido siempre y en todo momento una enorme fascinación por la Luna, entre otras muchas cosas porque dependían de ella para tener noción del tiempo y ajustar tareas como la agricultura o la pesca a las temporadas más productivas. Por eso, la próxima superluna es llamada como la del “esturión” ya que en el mes de agosto abundaba este pez y los nativos americanos le concedieron este nombre.

En dos mil veintidós ya se han producido dos superlunas (la de fresa y la del ciervo), y este viernes aparecerá la última del año. Este fenómeno alcanzará su instante culminante entre la noche del once al doce de agosto, si bien proseguirá reluciendo de forma notable a lo largo de las noches siguientes.

Superluna

Una superluna se genera cuando la órbita del satélite está más cerca de la Tierra y asimismo se halla en su fase de totalidad. El punto más próximo de la Luna adquiere el nombre de perigeo, instante en el que queda a unos trescientos sesenta y tres mil trescientos kilómetros de la Tierra. Cuando tiene se desarrolla este fenómeno la Luna se ve sutilmente más grande y reluce más de lo normal, por eso se la llama “superluna”.

Para poder presenciar las próximas superlunas va a haber que aguardar prácticamente un año, ya que se generarán en el mes de agosto de dos mil veintitrés, en concreto los días 1 y treinta y uno, siendo esta última la del ciervo.

Perseidas

Las perseidas, asimismo llamadas “lágrimas de San Lorenzo”, proceden del cometa Swift-Tuttle que completa su órbita cada ciento treinta y tres años. La última vez que pasó cerca de nuestra estrella fue en mil novecientos noventa y dos, por eso, desde ese momento, todos los años la cantidad de meteoros vistos se reduce.

Su pico de máxima actividad se espera para la noche del doce al trece de agosto, si bien es posible verlas desde el diecisiete de julio. Su tasa de actividad puede lograr los doscientos meteoros por hora viajando a cincuenta kilómetros por segundo. No obstante, al coincidir con la superluna del esturión, no va a ser el mejor año para observarlas. El infrecuente brillo de la Luna esconderá los meteoros más ligeros y se van a ver una menor cantidad de estrellas fugaces.