La definición adoptada en 2006 estableció tres condiciones para catalogar un objeto como planeta.
El 24 de agosto del presente año se conmemoran 17 años desde que, en 2006, la Unión Astronómica Internacional (IAU) introdujera su nueva definición de planeta, lo cual condujo a que Plutón fuera reasignado como un planeta enano.
El descubrimiento de Plutón tuvo lugar el 18 de febrero de 1930 por el astrónomo estadounidense Clyde William Tombaugh en el Observatorio Lowell en Arizona. Durante varias décadas, fue reconocido como el noveno y más pequeño integrante del sistema solar. No obstante, su estatus como miembro del conjunto de planetas solares generó constantes debates entre los expertos en astronomía.
Incluso, hubo una creencia arraigada por muchos años de que Plutón podría haber sido en realidad un satélite de Neptuno, pero que había adquirido una velocidad cósmica suficiente para independizarse. Sin embargo, esta teoría fue desestimada en la década de 1970.
Después de un intenso diálogo y gracias a la propuesta del astrónomo uruguayo Gonzalo Tancredi en la Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional en Praga, el 24 de agosto de 2006 se decidió, de manera unánime, reclasificar a Plutón como un planeta enano.
La definición adoptada en 2006 estableció tres condiciones para catalogar un objeto como planeta. Primero, el objeto debe orbitar alrededor del Sol; segundo, debe ser lo suficientemente masivo para que la gravedad lo mantenga en una forma redondeada; y tercero, debe tener una órbita libre de otros objetos cercanos.
En este último aspecto es donde Plutón no cumple con los requisitos, ya que su masa es solo un 0,07 veces la de otros objetos en su órbita. En contraste, la masa de la Tierra supera en 1,7 millones de veces al resto de los objetos en su órbita.
Algunos científicos han expresado críticas posteriores a este criterio de clasificación planetaria, argumentando que carece de respaldo en la literatura científica.
Este miércoles, día 23 de agosto, se han conmemorado 57 años desde que se capturó la primera imagen de la Tierra desde la Luna
Fue el 23 de agosto de 1966 cuando se transmitió la histórica fotografía de nuestro planeta desde la perspectiva lunar. Esta captura se realizó a bordo de la nave espacial Lunar Orbiter 1, una parte esencial del segundo programa estadounidense de exploración automática lunar. Los datos fueron enviados a la estación espacial ubicada en Robledo de Chavela, Madrid.
Lanzada el 10 de agosto de 1966, la Lunar Orbiter 1 completó su misión el 29 de octubre del mismo año.
Esta nave marcó un hito al convertirse en el primer laboratorio fotográfico lunar con la capacidad de ajustar su órbita según las necesidades.
A lo largo de su misión, la Lunar Orbiter 1 logró adquirir un total de 207 imágenes detalladas de la superficie lunar, especialmente de las áreas destinadas a las futuras misiones Apollo. Sin embargo, su destino final fue notorio: fue dirigida deliberadamente hacia la superficie lunar para evitar cualquier interferencia con la misión posterior de la sonda Lunar Orbiter 2.