Agricultura en Castellón y Globalización

Agricultura en Castellón y Globalización

Da miedo como tenemos la provincia de Castellón con sus fuentes secas en febrero, el estado de los ríos y ramblas con reservas hídricas a límites alarmantes.

 

Sin agricultura no habrá paraíso

¿Estamos preparados para afrontar el debate de la globalización frente al proteccionismo y el por qué como nación no revisamos aún la cuestión de la soberanía alimentaria?

En la última década la agricultura se enfrenta a desafíos significativos tales como el exceso de calor, la escasez de lluvia o las trombas de agua. Simultáneamente el implacable sistema neoliberal que reduce las ganancias de los agricultores (no del precio que pagamos por el producto, tema a tratar más adelante ), las plagas, los modelos de producción y distribución postindustriales poco sostenibles a largo plazo, o la afectación de las nuevas políticas europeas PAC, influenciadas por la globalización.

Se argumenta en los círculos de producción agrícola,

Los enemigos de los agricultores europeos están en Bruselas con la PAC, donde se firman acuerdos comerciales sin reciprocidad, sin estudios de impacto objetivo en el sector agrario local y sin suficientes garantías para prevenir la introducción de nuevas plagas y enfermedades como la mancha negra.

Pero según el Ministerio de Agricultura de España, la PAC de la UE le da una inyección de 4.875 millones de euros en ayudas directas que las comunidades autónomas conceden a los agricultores que las solicitan (un total de 622.404 de agricultores y ganaderos en 2023). Una investigación interesante sería discernir qué porcentajes de estas subvenciones se llevan nuestros pequeños/medianos agricultores frente a qué altos porcentajes es para grandes producciones agrícolas y, como ciudadanos, dirimir qué modelos queremos y, sobre todo, a quién apoyamos con nuestras compras diarias.

¿Pensamos realmente el precio de origen del producto en relación al precio de venta al público?

La naranja por ejemplo, se paga dependiendo de la variedad y semana pero ronda los 37 céntimos /kg y en las superficies comerciales las pagamos a sobre los 2 euros, similar con nuestras alcachofas de Benicarló que el precio de origen oscila sobre 1,20e y los precios en algunos supermercados famosetes se disparan los precios rozando, en algunos casos la usura, con subidas de más del 300%. Este tema lo trataremos más adelante porque es más complejo y requiere un artículo entero.

En respuesta a esta situación, recientemente se iniciaron protestas en Francia, en España y aquí en la Comunitat Valenciana. El pasado 7 de febrero en el Puerto de Castellón se concentraron las protestas por la entrada de naranjas de otros países, en especial de Egipto y Sudáfrica, y para rechazar la “competencia desleal” de terceros países respaldada por la Comisión Europea, la lucha del sector continua y tienen el apoyo de la opinión pública. También hubo concentraciones en Requena, otra comarca afectada por la crisis de rentabilidad en los cereales, el vino, almendra, y ganadería, entre otros. Tampoco ayudan los bloqueos y ataques a camiones españoles en Francia donde agricultores y ganaderos llevan días protestando, se intensifican y perjudican la distribución de los productos de la tierra. Y para colmo la excesiva burocracia de la administración impone costes inasumibles para agricultores y ganaderos.

Desde el sector agrícola, Carles Peris, secretario general de La Unió, explica,

La productividad media en los últimos cinco años ha descendido considerablemente en casi todos los cultivos, con disminuciones del 50% en olivar, más del 20% en cítricos y hasta un 70% en cereal, lo cual preocupa conjuntamente.

La falta de lluvia no solo implica escasez de agua para los animales, la sequía también la imposibilidad de que crezca pasto para alimentarlos, (lo que obliga a comprar más forraje y/ o piensos para su alimentación). La falta de lluvias merma la normalidad en los cultivos, aumentan la preocupación en el sector y por ende a toda la población pues esto se manifestará en una subida de costes de producción y en los precios finales.

Da miedo como tenemos la provincia de Castellón con sus fuentes secas en febrero, el estado de los ríos y ramblas con las reservas hídricas a límites alarmantes pues según la ONU el agua potable está en el centro de la crisis climática.

La situación del agua, de los pozos de riego, la calidad del agua y su escasez, sumado a otros problemas como el LMR daría para otro extenso artículo, todo ello produce mucha incertidumbre en las cosechas, que sumado a la excesiva y kafkiana burocracia nos dan unas previsiones poco halagüeñas según el agricultor de Frutas Morell. La situación de las cerezas, precio del aceite, verduras o almendras locales también sería tema a abordar.

AVAMET advierte que la falta de lluvias y los temporales intensos , como los de 2023, aumentarán en los próximos años, afectando las nimias recargas de acuíferos y aumentando las restricciones hídricas, similares a las que se viven en la comunidades autónomas vecinas como Murcia y actualmente en Cataluña.

Hoy ya sabemos que enero de 2024 batió el récord de calor para ese mes en todo el mundo, y las previsiones no son nada optimistas.

El relevo generacional y la falta de jóvenes dispuestos a ingresar al sector primario son problemas futuros que se enfrenta la pesca, la agricultura y la ganadería en Castellón. La dureza, los horarios intempestivos y la baja rentabilidad, dependiente en algunos casos de las subvenciones, aleja a los jóvenes del sector, dificultando la contratación de mano de obra no cualificada y cualificada con las previsibles consecuencias.

En el mar, el sector pesquero no marca mejores augurios pues el aumento de la temperatura del mar, la acidificación, la proliferación de plásticos y otras sustancias afectan tanto a bañistas como residentes en playas y a la cadena trófica, provocando, entre otras alteraciones, la sustancial disminución de ciertas especies, especialmente las de pescado azul.

Manuel Albiol, secretario general de Coincopesca, informa que esta captura ha disminuido en un 40% y, sería idóneo preguntarnos, ¿tendrá algo que ver el modo de vida de la especie humana en los últimos 150 años?

Ante este contexto del sector primario, de gran impacto en la comunidad, surge la pregunta de si ya estamos preparados para afrontar el debate de la globalización frente al proteccionismo y si como nación revisamos la cuestión de la soberanía alimentaria.

Este debate también ha de ir acompañado de una reflexión sobre el alto porcentaje de responsabilidad de la globalización neoliberal y modelos de consumos “impuestos “ a la población , versus de responsabilidad de cada ciudadano en su coherencia conductual a la hora de consumir y de comprar en el comercio local, productos de proximidad, de temporada así como naranjas de la terreta.

Las consecuencias de nuestro moderno modo de vida globalizado y la superación de seis de los nueve límites planetarios exigen la profunda reflexión sobre la sostenibilidad bien entendida, la posibilidad de colapso y priorizar el abordar los desafíos actuales que amenazan la estabilidad de la agricultura (con más de 12.000 años de antigüedad) y de nuestro actual modelo de civilización en el planeta.

Dionís Montesinos, bombero helitransportado de la Generalitat Valenciana y estudiante de psicología.