Tristeza en una guardería en el barrio de Campanar en Valencia ya que una de las familias fallecidas era usuaria de este centro.
Desde el inicio del incendio el pasado jueves en València, que hasta ahora ha resultado en diez fallecidos, Cruz Roja ha movilizado nueve ambulancias y equipos de emergencia en coordinación con la Generalitat. Se han establecido turnos de 12 horas con un promedio de 37 personas por equipo psicosocial, compuesto por psicólogos, trabajadores sociales y acompañantes, además de las ambulancias y técnicos.
La Cruz Roja ha prestado asistencia a un total de 63 personas en los recursos sociosanitarios habilitados debido al incendio de Campanar en las últimas 24 horas. Un equipo de alrededor de 40 profesionales ha estado presente para acompañar a aquellos afectados por el «shock» en una de las intervenciones más desafiantes de la organización, considerada como «una de las tragedias más grandes que ha vivido la Comunitat Valenciana», según Miguel Ángel Sotillos, coordinador autonómico de la entidad.
En esencia, nuestra labor consiste en acompañar a las personas, brindar apoyo emocional, intentar proporcionar primeros auxilios psicológicos y, sobre todo, ayudar en estas situaciones impactantes que están ocurriendo. Son momentos de shock, y nuestro objetivo es abordarlos con el máximo respeto hacia las personas afectadas.
Explicó el coordinador.
Se enfrentan, destacó, a «un shock muy significativo» al pasar de «estar en sus hogares a encontrarse con situaciones tremendas». Frente a esto, los equipos se centran en «brindar ese primer apoyo humano»: «La Cruz Roja se encarga de que alguien te acompañe. Todos, cuando nos ha sucedido algo en la vida, siempre hemos apreciado tener a alguien a nuestro lado«.
Lo que resulta «más complicado» para estos equipos es lidiar con «la incertidumbre», la dificultad para comprender lo que está sucediendo, y por otro lado, «la desgracia, la certeza cuando ha ocurrido lo más grave«.
Llevamos muchos años en Cruz Roja y, sin duda, esto nos ha impactado profundamente; realmente ha sido algo bastante grave.
Expresó.
Hizo referencia a casos como el de la pareja rescatada por un bombero, señalando que situaciones como esa probablemente hayan requerido un apoyo psicológico significativo en ese momento. Explicó que ahora enfrentan «situaciones tremendas que habrá que ir abordando». «Cada individuo internaliza y luego cada uno tendrá que ir viendo cómo procesa la situación».
En relación con las fases que experimentan las personas afectadas, el coordinador mencionó que aunque «cada individuo es único», la primera etapa es «el shock, la incredulidad», seguido por «el duelo, la aceptación, entre comillas». Destacó la importancia de colaborar y respaldar el proceso que cada persona debe enfrentar.
En cuanto a los consejos para familiares y seres queridos de los afectados, el responsable de Cruz Roja recomendó «estar cerca de ellos, intentar brindar apoyo y calor humano, y ayudar en la medida de lo posible».
De las 63 personas atendidas, 24 recibieron asistencia en el lugar del incendio, 16 en el Centro de Atención al Familiar (CAF) y 12 en el Centro de Referencia Estatal de Atención Psicosocial (CREAP). Además, 11 bomberos fueron atendidos en el parque de bomberos de Campanar.
Tristeza, Duelo y solidaridad en la Escola Infantil Sant Pau de Valencia
Una guardería en el barrio de Campanar en Valencia se ha transformado en un lugar de tristeza, ya que una de las familias fallecidas era usuaria de esta institución, pero también ha surgido como un espacio de solidaridad al establecer un punto de recolección de pañales, potitos, juguetes y otros artículos para los niños afectados por el incendio.
La tragedia desencadenada por el incendio devastador que ocurrió el jueves y consumió un edificio de viviendas ha afectado directamente a la Escola Infantil Sant Pau. Su fachada lleva un crespón negro como símbolo de duelo.
A lo largo del día, en las puertas de la guardería, situada a pocos metros del edificio devastado, se han experimentado momentos de emoción y ha habido un flujo constante de vecinos que se han acercado para ofrecer su ayuda.
El mismo espíritu solidario se manifiesta en la sede de la comisión fallera Maestro Rodrigo-General Avilés, que también ha organizado una campaña para recoger material destinado a las familias afectadas.
Los residentes del barrio de Campanar han respondido de manera «espectacular» a la convocatoria, donando ropa, productos de higiene y alimentos para mascotas.
Desde las 9.30 horas y de manera ininterrumpida, alrededor de 100 miembros de la comisión fallera han recibido y clasificado las donaciones para enviarlas al Ayuntamiento a través de un camión y cuatro furgonetas proporcionadas por empresas de transporte, las cuales han salido del local fallero «completamente llenas de cajas».
En esta agrupación se incluyen cinco familias que han perdido «absolutamente todo» en el incendio de sus hogares, aunque afortunadamente se encuentran a salvo.
Todas estas acciones se suman a las iniciativas que comenzaron en la noche del jueves, cuando los vecinos de la zona se acercaron espontáneamente al local de la asociación Valientes para entregar ropa, mantas y bocadillos en las horas siguientes al inicio de las llamas.
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