Amplía la superficie hasta los 5.700 metros cuadrados tras la demolición.
.- Las obras del colegio Embajador Beltrán avanzan a buen ritmo tras el derribo de la antiguas viviendas de maestros, cuya demolición finalizará la próxima semana. Los trabajos ejecutados en esta obra contemplan 276.143,72 euros certificados entre los meses de julio a septiembre, cantidad que superará los 300.000 euros la próxima semana, una vez liquidada la fase correspondiente al mes de octubre.
El departamento municipal de Urbanismo ha recalcado el trabajo realizado por la empresa Añil Servicios, Ingeniería y Obras para compatibilizar la actividad académica con una obra ambiciosa que ha conllevado la demolición por completo de las viviendas de maestros. De hecho, tras el acopio de materiales, el traslado de maquinaria pesada y la ejecución de los cimientos del nuevo colegio, el derribo de las viviendas se ha extendido durante 15 días para garantizar la seguridad de los edificios colindantes. Apenas restan unas jornadas de trabajo para finalizar este cometido.
La demolición de este bloque permitirá incrementar la superficie total del colegio hasta los 5.700 metros cuadrados. El nuevo edificio de Embajador Beltrán contará con seis unidades de Infantil, 12 aulas de Primaria y un comedor con capacidad para 360 escolares repartidos en turnos. Además, está previsto que mantenga el aula para alumnado de dos años que ha incorporado este curso a través de un programa piloto de la Generalitat Valenciana que ha cubierto las 18 plazas ofertadas tanto en este colegio como en el Regina Violant, los dos pioneros.
Este cronograma de trabajo de 12 meses lleva aparejada una inversión de 4.945.112,42 euros tras la licitación por 5.737.267,93 euros a cargo del plan Edificant del Consell. El remate del derribo de las viviendas coincide con el hormigonado del primer forjado del edificio de Primaria. Estos trabajos darán paso a la siguiente planta de Primaria, que coincidirá con la cimentación del bloque de Infantil.
Las obras de Embajador Beltrán se desarrollan de forma simultánea a las del colegio Santa Quitèria, si bien las de la calle Santo Tomás son las más complejas por la dificultad de las demoliciones y la convivencia con la actividad académica. De hecho el tráfico está cerrado en la parte este del colegio para facilitar espacio a los más pequeños, mientras que el alumnado de mayor edad se desplaza cada mañana a la plaza Botànic Calduch, vallada ex profeso para ganar metros de patio ante las obras en el suyo.
La alcaldesa de Almassora, Merche Galí, ha agradecido a la comunidad educativa la paciencia ante las molestias que causa una obra de esta envergadura, más aún coincidiendo con la reforma en un tramo de la plaza, circunstancia que no ha podido esquivar el consistorio al tratarse de una obra subvencionada por la Generalitat Valenciana y que tiene que cumplir los plazos previstos.